Ernesto Osorio
La vecinocracia, término que define a la autoridad con la que una comunidad de habitantes en una demarcación puede influir en la toma de decisiones para su entorno, perdió una batalla más en la CDMX.
La semana pasada se concretó por fin la aprobación de la nueva ley que regirá de ahora en adelante la participación de los ciudadanos en las decisiones que resuelvan nuestras autoridades de gobierno.
¿Qué ganaron los vecinos con esta ley? El incremento al porcentaje del presupuesto participativo que será gradual para llegar al 4% en 2023 y no el 3% como lo quería la mayoría de Morena; que la elección de los integrantes del Consejo Ciudadano (figura que remplaza a los Comités) no sea por sorteo, sino por votación directa de los vecinos; un reparto más equitativo del presupuesto participativo para las colonias, al conceder la mitad del mismo a las de mayor pobreza; y un “candado” para que la información de los Consejos Ciudadanos que manejará la Agencia Digital de Innovación Pública (ADIP) no sean utilizados por el gobierno en turno para fines electorales, pues la agencia es parte de la estructura del poder Ejecutivo (La Jefatura de Gobierno).
¿Qué perdieron los vecinos? La confianza en el Congreso de la Ciudad de México, que tal y como lo explicó el destacado jurista y ex asesor del Congreso Constituyente Rogelio Muñiz Toledo, con la abrogación de la hoy extinta Ley de Participación Ciudadana y la publicación exprés de la nueva, se faltó al principio de lealtad con los habitantes de la CDMX al cancelar el ejercicio del derecho de participación en 2019, aún y cuando en el polémico artículo transitorio que dio margen para la aprobación de la nueva Ley, este derecho estaba garantizado.
Los legisladores capitalinos se habían comprometido a que la elección de la nueva figura de representación ciudadana se realizaría durante la segunda semana de diciembre pero al final, decidieron que será hasta marzo del 2020.
“El principio de Lealtad, además de lo dispuesto en la Ley Orgánica y en el Reglamento, se materializa en la ética parlamentaria cuando las y los Diputados del Congreso: (…) Darán lealtad a la ciudadanía, a las instituciones y al mandato constitucional por el cual han sido elegidos y actuarán con responsabilidad, protegiendo los intereses nacionales.”, cita el académico de la UNAM, refiriendo el artículo 7º. del Código de Responsabilidad Parlamentaria del Congreso.
Los vecinos también perdieron la confianza en su representación electoral por no respetar la autonomía que -por ley- debe guardar respecto a los tres poderes pues el Consejo mañosamente, intentó anular –sin conseguirlo- el mandato judicial de la Sala Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación que le había ordenado emitir la convocatoria para renovar el Comité Ciudadano de la Colonia Juárez, tal y como lo demandaron los vecinos de esa colonia que no permitieron se atropellaran sus derechos ganando un amparo.
Sin embargo 350 ciudadanos, de aproximadamente 250 colonias de las 16 demarcaciones que habían gestionado también ese recurso, perdieron su batalla ya que el Consejo del IECDMX sesionó de noche para asumir la aprobada ley exprés y dejarlos sin efecto, algo inédito pues el Consejo suele sesionar durante el día.
Retorcer así los procesos parlamentarios por motivaciones políticas como lo decidieron la mayoría de los diputados del Congreso demuestra que los vicios prevalecen en la 4ªT y eso se reflejará cuando en marzo del 2020 se convoque a los vecinos a participar para elegir los nuevos Consejos Ciudadanos.
Con esta nueva ley, los legisladores de Morena (que son mayoría) junto con el gobierno de la misma filiación dejaron la puerta abierta para que los vecinos rechacen cualquier proyecto o propuesta que surja de estos Consejos, pues todo pasará por el matiz de la politiquería electorera.
Dice en un estudio sobre la participación ciudadana de la Universidad Autónoma de Barcelona del catedrático español Joan Subirats que “un proceso guiado por la soberbia y la jerarquía legal o técnica sólo conduce a triunfos locales y derrotas globales” y eso es lo que irremediablemente sucederá.
De última hora
Ha dicho la doctora Claudia Sheinbaum, nuestra Jefa de Gobierno, que no caerá en la provocación de grupos radicales que se han infiltrado en las manifestaciones contra la violencia hacia las mujeres y ha justificado así no usar la fuerza pública.
Sólo recuerdo aquí lo expresado por Miguel Ángel Mancera en septiembre de 2013 cuando siendo Jefe de Gobierno por el PRD, tuvo que garantizar con policías y granaderos las marchas de la CNTE en contra de la derogada Reforma Educativa.
“El costo político siempre se tiene que asumir, las decisiones siempre tienen un costo y hay que asumirlo con responsabilidad y mi responsabilidad es cuidar la integridad física de los ciudadanos de esta capital”.
Nunca está de más ver las cosas en retrospectiva, con cabeza fría y sin apasionamientos personales. La gobernabilidad de nuestra capital, pero sobre todo nuestros derechos como ciudadanos, así lo exigen.
