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Capital Político

Se devalúa el PAN en la CDMX

AN y PRD se necesitan, pero los albiazules no están en la misma posición de antes del sismo.

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Si antes de los sismos el PAN capitalino se sentía la última coca en el desierto y exigía la perlas de La Virgen para firmar una alianza con el PRD e ir juntos en las elecciones de 2018 en la Ciudad de México, ahora las cosas son muy distintas.

No es que los albiazules no sean necesarios para que los perredistas conserven la capital; al contrario, sin ellos los amarillos no podrían contra el embate de Morena, que con todo y sus pésimos candidatos utilizarán la imagen de Andrés Manuel López Obrador.

Para firmar una alianza, concretada en el Frente Ciudadano con el PRD y Movimiento Ciudadano, los panistas exigían ir por un gobierno de coalición, en el que fueran ampliamente considerados para el reparto del pastel.

Y los azules tenían con qué exigir un porcentaje generoso, pues eran dueños de la Benito Juárez y la Miguel Hidalgo, además de tener importante apoyo en delegaciones como Tlalpan, Álvaro Obregón, Coyoacán, Azcapotzalco y Gustavo A. Madero, entre otras.

En las negociaciones iniciales, el diputado Jorge Romero ponía condiciones —las sigue poniendo—, argumentando que con su apoyo el PRD podría frenar a Morena y tenía razón, de acuerdo con los números de los últimos procesos electorales.

Pero luego de los sismos, el teatro se les cayó, pues tan sólo en Benito Juárez —su principal bastión— la gente se le empezó a voltear al grupo de Romero, al que culpan de haber permitido la construcción de edificios sin las normas necesarias, por lo que se derrumbaron.

Independientemente de si es culpa de los panistas o no la tragedia en Benito Juárez, ahora son ellos los que necesitan del PRD para conservar la delegación, pues de lo contrario podrían perderla ante Morena, y ahí el trato es algo distinto.

Ambos partidos se siguen necesitando, pero los albiazules ya no están en la misma posición de antes de los sismos, cuando se ubicaban como la bisagra entre la victoria o la derrota del PRD en la Ciudad de México.

Siguen siendo vitales, pero ahora tendrán que aceptar ser evaluados en la justa dimensión de lo que pueden aportar, pues hay que agregar que al igual que los perredistas, andan también divididos.

Y si no hay que ver qué van a hacer con Xóchitl Gálvez, la delegada en Miguel Hidalgo, que se había comprometido con Andy López Beltrán, el hijo de El Peje, a firmar su integración a los morenos en el Monumento a la Revolución, a donde nunca llegó.

Para volverse pejista había solicitado una senaduría para ella y la candidatura de Obdulio Ávila a la futura alcaldía en la delegación que gobierna, sólo que la incorporación del experredista Víctor Hugo Romo a los morenos la hizo cambiar de plan.

Ahora, Xóchitl parece estar con el Frente, pero está pidiendo lo mismo que Morena estaba dispuesta a darle, porque según su gente todavía los pejistas la están midiendo para que en caso de que Claudia Sheinbaum cayera, ella le entrara al quite.

Claro que eso puede sonar hasta ridículo, pero el chiste es que los panistas capitalinos están divididos, y eso que aún falta ver cómo sale su referente Ricardo Anaya a nivel nacional.

CENTAVITOS… Al que ya le dijeron que no será senador es a Leonel Luna, a quien en Vanguardia Progresista —corriente con la que mantiene alianza— le recomendaron pelear una vez más el gobierno en Álvaro Obregón, pues lo ven como el único que puede frenar a la locuaz Layda Sansores, quien no hace trabajo, pero López Obrador la puso como candidata y va a hacer campaña con ella.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/10/24/1196658

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