Una mala señal para la campaña del PRD en la CDMX es la desaparición de los principales caciques delegacionales, que por primera vez en mucho tiempo decidieron no jugar en sus territorios y tomar una cómoda candidatura plurinominal a diputados.
Más de un líder territorial —de los de la tropa, no de los de arriba— levantó la ceja al notar que sus jefes irán a San Lázaro sin competir en las urnas, y que el trabajo en las calles se lo dejarán a ellos.
Es extraño que Leonel Luna, Víctor Hugo Lobo, Mauricio Toledo, Elizabeth Mateos y Julio César El Nenuco Moreno, por ejemplo, decidieran llegar por la vía cómoda a las cámaras legislativas, sobre todo, a San Lázaro.
Hasta parece que lo que les ocupa es pensar en una bancada federal bajo la coordinación de su guía moral, Héctor Serrano, quien, al menos a Luna y Toledo, y aquí habría que agregar a Héctor Hugo El Naranja Hernández, los ha coordinado desde hace buen rato.
Por cierto, Serrano, brillante estratega político que dominó el sector durante casi toda la administración de Miguel Ángel Mancera, brilla por su ausencia y eso también ha provocado comentarios entre las bases.
No se sabe a ciencia cierta en qué anda, pero la realidad es que la campaña perredista en la CDMX está a la deriva y aún no se ve quién la pueda agarrar.
En el caso de Lobo, su destino será Donceles, en el número uno de las listas
—en reconocimiento a su fuerza territorial—, pero llama la atención que no peleará en las urnas su llegada.
Y el asunto puede sonar simplista, pero el hecho de que los caciques hayan decidido no dar la cara en sus territorios algunos lo leen de varias formas, y una de ellas es que ven el asunto tan complicado que lo único que buscan es tener fuero y salvarse.
Porque el hecho de que no estén en las boletas no los compromete al cien a ganar sus territorios, aunque, por supuesto, sí lo buscarán y eso permea en el ánimo de las bases que se sienten un poco descobijadas.
Aunado a eso está el tema de quienes fueron abandonados por sus jefes, como el caso de la delegada en Álvaro Obregón, María Antonieta Hidalgo, quien merecía, al menos, una diputación local para protegerse de las decisiones cupulares que se han tomado ahí.
Otra que tendrá que pagar muy alto el costo de imponer como heredera a su sobrina Karen Quiroga es la delegada Dione Anguiano, quien terminará su administración al frente de Iztapalapa, y después a ver cómo le va.
Y a lo mejor no es cierto, pero da la impresión de que los caciques ven en alto riesgo sus territorios, al menos, eso es lo que muchos comentan en las calles.
CENTAVITOS… Y mientras emerge un líder perredista
que tome en sus manos la campaña local, una buen adquisición para su equipo logró ayer Alejandra Barrales, aspirante de la alianza Por la CDMX al Frente, con la incorporación de la exsecretaria de Gobierno, Patricia Mercado, quien seguramente le aportará simpatías de un sector de organizaciones civiles que siguen a la hoy aspirante al Senado por Movimiento Ciudadano… Hoy arderá la ALDF con el tema de la ley que definirá el tan controvertido tema de los usos de suelo en la capital y habrá que ver cómo maneja el asunto la panista MargaritaMartínez Fisher, quien es candidata del Frente en Miguel Hidalgo, pero tendrá que meter al orden a su aliado Mancera.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2018/03/14/1226174
