Por La Mafia en el Poder
Repitiendo su vieja fórmula de anotarse para ver qué les dan para bajarse, la corriente bejaranista de la IDN anotó a la senadora Lola Padierna como su gallina para pelear la candidatura al Gobierno de la CDMX en 2018.
No es que la legisladora no tenga merecimientos o capacidad, por el contrario, pero está consciente de que el apellido de su esposo René Bejarano la marcó desde sus inicios y la seguirá hasta el final.
Al anunciar que ella y su colega Alejandra Barrales son las candidateables por el PRD, Lola habla de en realidad de dos cartuchos quemados que por nada del mundo podrían ser considerados por un Frente Amplio.
Nadie querrá apoyar a la esposa de un político tan desacreditado como Bejarano, pero tampoco a una a una persona como Barrales, que de la nada pasó a ser una acaudalada mujer de negocios en situaciones poco claras.
Lo que está haciendo Padierna, y eso en verdad es triste, es jugar el juego que cada elección pone en práctica su tribu para que les den posiciones.
Si fuera seria su propuesta en lugar de declarar sus aspiraciones ya estaría operando al interior la recolección de apoyos para lanzarse.
Como ya todo mundo conoce el modus operandi de la parejita, nadie toma en serio la propuesta.
Y qué lástima, porque la señora tiene valor.
Morena y PRI, en el mismo costal
Su política aislacionista ha puesto a Andrés Manuel López Obrador contra la pared, pues mientras en todo el mundo se pone de manifiesto que sólo se puede gobernar con alianzas, en Morena mandan al diablo a todos.
El tabasqueño ha demostrado una y otra vez que sólo sabe perder; tiene una gran frustración porque desde joven no ha podido ganar y lo único que busca es venganza de todos los que piensa que lo fastidiaron.
Por eso no le importa mentir, prometer lo imposible, engañar a la gente y que la mayoría lo tilde de loco.
Basta echar un ojo a los que él manifiesta como ejes de lo que serpia su gobierno para entender que está muy lejos de ser de izquierda. Sus ideas se asemejan más a las del PAN por conservadoras, aunque su corazón es priísta.
Tiene una relación de odio-amor con los tricolores porque siente que ellos no lo dejaron realizar sus sueños y ahora se une a ellos al dinamitar cualquier acuerdo entra las izquierdas.
Los mismos acuerdos que en dos ocasiones esas fuerzas hicieron para impulsarlo a él en 2006 y 2012, son los que no está dispuesto a hacer en favor de otro.
Por eso la sociedad lo empieza a meter en el mismo costal que los priístas.
Mancera, al drenaje
Ya se está haciendo costumbre que todas las desgracias que suceden en la capital le sean achacadas al gobierno federal.
Que si la contaminación nos ahoga, es culpa de la Federación; que si falta el agua, es culpa de la Federación. Que si hay inundaciones, es culpa de la Federación.
Pues entonces que asuma el gobierno la Federación, porque está claro que Miguel Ángel Mancera no puede.
Las lluvias de las últimas semanas han dejan en claro que a cinco años de gobierno, Mancera no le entiende a la ciudad y que ya de plano no le entenderá.
Por qué no dice que el drenaje capitalino funciona solamente al 40 por ciento de su capacidad y que es porque no se hicieron los trabajos previos de limpieza y mantenimiento ante la temporada de lluvias.
Ya basta que si aumenta la delincuencia sea porque falla el sistema penal, según él. Y por qué falla la movilidad, la pavimentación, las cárceles, los corralones, el metro, el metrobús, el tren ligero y todos los servicios.
Y si no se va todo al drenaje es porque ni eso funciona.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
