Por La Mafia en el Poder
Con pinzas hay que tomar lo del cafecito que Héctor Serrano se echó a principios de abril en La Condesa con el secretario de Economía, Salomón Chertorivsky, y que muy poco se había comentado.
En la columna El Caballito del 5 de abril en El Universal, se publicó que luego de esa reunión trascendió que Serrano, operador de cabecera de Miguel Ángel Mancera, le dijo a Salomón que en la carrera por la candidatura al gobierno capitalino no hay nada escrito.
Que las mismas posibilidades tienen Cherto, como le dicen al secretario, que Alejandra Barrales, Armando Ahued o Manuel Granados.
Conociendo al buen H., si lo publicó una columna es que él lo filtró para enviar un mensaje y que cada quien lo leyera como se le antojara.
Lo primero que se desprende de ello es que Barrales ya no es la consentida, porque si alguien impulsaba a la hoy presidenta nacional del PRD ese fue Serrano. Y si le manda el mensaje de que no es la única, quiere decir que ya se cayó.
Lo segundo es que al reunirse con Salomón envió también un mensaje a Ahued de que no se la crea nada más porque el jefe de Gobierno lo trae de arriba abajo en todas sus giras.
Y tercero, quizá el secretario de Movilidad ya recibió alguna señal de que hay que empujar a Chertorivsky y ya empieza a mandar línea. Porque hasta antes de este encuentro, H. no tenía la menor intención de reunirse con él.
Es más, no parecía caerle bien.
Todo eso revive justo ahora que Alejandra anda de manita sudada con el panista Ricardo Anaya para ver si en 2018 van juntos, sin Mancera al frente, por supuesto.
El Peje se quedó ardido
Acostumbrado a insultar y a dictar órdenes para que sean cumplidas sin chistar, el que se quedó ayer con un retortijón de panza fue Andrés Manuel López Obrador, quien quiso ir por queso a Neza y quedó atrapado en la ratonera del PRD.
El tabasqueño había amenazado a Juan Zepeda, candidato amarillo al Gobierno del Edomex, que si no declinaba en favor de la candidatura de Delfina Gómez se presentaría en Ciudad Neza para que se lo dijeran en su cara.
Y Zepeda no se lo dijo en su cara porque El Peje no se atrevió a enfrentarlo; organizó un eventito cerca de la magna concentración que encabezó el buen Juan, hasta donde le mandaron a decir que si sabe contar, no cuente con los perredistas.
Quizá López Obrador ya esperaba la negativa a la declinación, pero no la forma en que se presentaría, pues Juan sin Miedo, como empiezan a llamar al candidato del PRD, se dio el lujo incluso de parodiar al tabasqueño y de mandarlo al diablo como si fuera institución.
Con su dedito le dijo que no declinaría y hasta se burló de las dos derrotas que Andrés Manuel ha sufrido en las últimas elecciones presidenciales, lo que nadie al interior del PRD se había atrevido a hacer.
Como Zepeda lo tundió bien y bonito, al tabasqueño no le quedó otra más que respirar por la herida y, visiblemente ardido, decir que ya esperaba esa negativa e invitó a los perredistas de a pie a desobedecer a sus dirigentes y sumarse a Morena.
Nadie le hizo caso y al tabasqueño le quedó claro que este Juanito es muy distinto al Juanito que en 2009 impuso en Iztapalapa.
El regalito de Mancera
En público se tiran con todo e incluso con sus cercanos hablan mal uno del otro, pero algunos piensan que López Obrador y Miguel Ángel Mancera mantienen una línea, aunque tenue, de comunicación.
Se sabe que en sus cumpleaños, El Peje siempre recibe regalos de mucha gente, entre ellos el Jefe de Gobierno, que por cierto no es muy propenso a los obsequios.
Cada año el envío en diciembre de un presente era puntual en el hogar del tabasqueño, pero este 2016 no fue tan fluido como siempre.
Dicen que el regalo, que regularmente es algún suéter o bufanda, llegó literalmente al cuarto para las doce.
Tarde pero le llegó, por si acaso es necesario que algún día tengan que volver a hablar, aunque ninguno de los dos confíe en el otro.
*El Irreverente publica de lunes a viernes.
