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CDMX

¿Siete es igual a doce?

Mancera está repitiendo los yerros de su predecesor en lo que imagina será la obra emblemática de su administración, su legado para la ciudad, parece no importarle nada, empecinado en concretar un proyecto a todas luces plagado de errores.

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Por la Mafia del Poder

Se dice que la historia siempre se repite, pero lo importante es aprender de ella. Hace cinco años, Marcelo Ebrard chicoteaba a Enrique Horcasitas, entonces director del Proyecto Metro, para que a como diera lugar terminara la Línea 12 del Metro.

Quería despedirse de su administración con lo que pensaba sería su legado para la Ciudad, la obra emblemática, el sello Ebrard para la Capital.

Meses después todos sabemos qué pasó, de la gloria al infierno, Marcelo hasta tuvo que salir del País porque le llegó el rumor de que irían por él con cargos penales por el inefable diseño, construcción, y materiales que se usaron en la Línea 12.

Entre la infinidad de sin sentidos que tuvo la concepción de esa línea, los más visibles eran la necedad de meter rieles, cuando diez, de las once líneas que existían, todas usaban neumáticos.

Otra. El trazo. Se decidió que fuera elevado, que porque hacerlo subterráneo resultaba incosteable, así que se optó por que siguiera el mismo camino que la Av. Tláhuac, al final resultó peor y mucho más caro.

Pero todo viene a cuento porque ahora Miguel Ángel Mancera parecer que quiere también hacer el remake de la Línea 12 pero reloaded con la Línea 7 del Metrobús.

A fuerza quiere hacer ese corredor de transporte por Paseo de la Reforma y Calzada de los Misterios, sin importarle prácticamente nada, ya taló árboles, levantó el concreto, y hasta amenazó con que iba a pasarse por donde no le da la luz, la sentencia del juez que le paró los trabajos.

Necio como no se había visto, quiso que Reforma se pareciera a Londres y trajo camiones de doble piso, camiones que no van con el diseño de las otras líneas y ¡zaz!, que le vuelan el techo a uno, por eso precisamente fue el derribo de varias decenas de árboles, para que libraran el paso.

Así como Marcelo con la Línea 12, igualito está haciendo Miguel con la Línea 7.

Ya le sacaron el impresionante contrato de publicidad para Reforma, van a tapizar esa avenida, y qué mejor forma de ver esos anuncios, que desde el segundo piso panorámico de un autobús.

Ya le restregaron que ni son de última generación los motores, ni son bajos en emisiones y que incumplen con la normatividad para personas con discapacidad.

Y así como con la Línea 12 nunca tuvieron un proyecto ejecutivo e iban construyendo conforme iban avanzando y planeando sobre las rodillas, así está haciendo ahora Mancera.

Nadie ha visto el proyecto ejecutivo, ni siquiera el INAH; al camión que le volaron el techo el miércoles fue porque venía de regreso de hacerle pruebas de accesibilidad, y que según las pasó superrequetebien, y es genial, pero uno pregunta, ¿a poco los compraron sin saber si tenía 100 por ciento de accesibilidad, qué hubieran hecho si no pasaban esa prueba?, porque cada autobús costó nada más 11 millones de pesos.

Y nomás para no dejar, las rutas de microbuses, llevan más del 40 por ciento de avance en la obra, y no saben qué hacer, cuáles redireccionar y cuáles rutas cancelar. La chamba se la están haciendo los comités vecinales de la zona de Polanco y las Lomas.

Ellos trajeron los expertos y ellos están proponiendo las acciones.

Y así va la cosa con la línea 12, perdón, línea 7 de Mancera; reaccionando, sin planeación, sin previsiones, sin consensos, sin argumentos, sin estudios.

Planta de asfalto

Hoy el jefe de Gobierno presenta la modernización de la Planta de Asfalto de la Ciudad, lugar que por años ha sido motivo de quejas de los vecinos de Coyoacán por la cantidad de contaminación que genera.

Ahora el predio será también un parque, cosa que pocos podrían criticar, sin embargo, basta con circular por cualquier calle de la Ciudad, sea vialidad primaria o secundaria, para poner los pelos de punta a cualquiera.

Si bien le va, sólo encontrará baches, sino, verá hoyancos tirando a cráteres, en el mejor de los casos, serán chipotes porque según ya los taparon.

El problema de la pésima condición del asfalto en la Capital no es la calidad de la mezcla asfáltica, es la supervisión a las empresas que realizan el trabajo, es decir, las técnicas que utilizan para reparar las calles.

Ahí el que está fallando es el city manager, Jaime Slomianski Aguilar.

Trajo desde hace algunos años un sistema de bacheo en frío a alta presión, que pareciera muy eficaz, pero es poco eficiente.

Tapa los baches en cuestión de minutos, reduce los desvíos a la circulación y puede hacerse incluso bajo una leve llovizna.

Pero lo cierto es que quienes saben de materiales y mezclas asfálticas,  prefieren mirar para otro lado cuando les preguntan de la calidad de esos trabajos.

Dicen que es preferible que se invierta más tiempo y recursos en un bacheo tradicional con mezcla asfáltica templada, que durará por lo menos hasta la siguiente temporada de lluvias, y no en esos bacheos que duran meses, y que si llueve, pues durarán menos todavía.

Pero Slomianski gusta mucho de impresionar, y a Mancera le encanta dejarse, así que mientras un técnico no les explique qué es lo que están haciendo, y haciendo muy mal, pues uno seguirá haciendo como que hace bien las cosas, y el otro, creyéndole.

*El Irreverente publica de lunes a viernes.

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