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Sin marcha atrás la Cuarta

Pese a que la transparencia es una de las cartas más utilizadas por López Obrador, el sistema Declaranet sigue manteniendo reservada información de cónyuges de la mayoría de los miembros del gabinete y cuentas bancarias sin información.

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Arturo Páramo

Las estancias infantiles demuestran lo que el presidente ha dicho desde el primer día de su administración. Va derecho y no importan las críticas. No hay marcha atrás.

Pese a las protestas de dueños y beneficiarios de estancias infantiles por la reducción de recursos, las manifestaciones frente a Palacio Nacional y los planteamientos de analistas sobre la corrupción acotada en el manejo de recursos, el presidente no dará marcha atrás.

Incluso la desafortunada declaración del secretario de Hacienda afirmando que sean los abuelos quienes se encarguen del cuidado de sus nietos, no logró que el presidente parpadeara en su política de debilitar a todo aquel grupo de ciudadanos organizados dedicados al cuidado y educación de niños en su primera infancia.

Si bien hubo casos de corrupción en el manejo de recursos, son los menos, y tampoco se dio a conocer el padrón total de beneficiarios que, afirmó el presidente, estaban “inflados”.

“Que salgan a manifestarse”, decía el titular del Ejecutivo.

Salieron a manifestarse y no hubo cambios.

El presidente no pestañea. Ha demostrado que su propósito es ejercer el poder pese a que en ese esfuerzo algunos de sus colaboradores puedan exponerlo a grietas, como hizo Carlos Urzúa.

La exhibición del penthouse de la secretaria de Gobernación en un edificio de Houston, y el departamento del secretario de comunicaciones y transportes en la misma ciudad, son omisiones que demuestran que el discurso de austeridad, medianía y transparencia será difícil de cumplir.

Pese a que la transparencia es una de las cartas más utilizadas por López Obrador, el sistema Declaranet sigue manteniendo reservada información de cónyuges de la mayoría de los miembros del gabinete y cuentas bancarias sin información.

La transparencia es un ejercicio para el que parece no estar preparado el gobierno demostrando en el incumplimiento de normas oficiales en la adquisición de tractocamiones para el traslado de combustibles; el levantamiento del censo del bienestar, en el que además se han retrasado los pagos a los voluntarios encargados de ir de casa en casa levantando los cuestionarios; la terna de futuras integrantes de la Suprema Corte de Justicia; la tardanza en la dispersión de recursos de programas sociales; o el impacto ecológico y plan de negocios del proyecto del Tren Maya.

En las giras con el presidente por el país queda evidente, sin embargo, que mantiene una reserva de legitimidad y de apoyo que le permite soportar cualquier crítica sobre su forma de gobernar.

Sus encuentros con pobladores, beneficiarios de programas, son cada vez más similares a mítines de campaña.

Hay dos mundos contrapuestos.

Por un lado quienes documentan las falencias del gobierno, sometidos a crítica y a descalificaciones por parte del propio López Obrador, y, por extensión, de todos aquellos que laboran o simpatizan con él.

Por otro lado está la enorme masa de simpatizantes del tabasqueño, encantados con su historia de lucha y que también serán beneficiados con recursos entregados por el gobierno federal.

De acuerdo con el presidente, al menos un tercio de las familias del país tendrán un beneficio, o más de uno.

La dispersión de recursos garantizará la permanencia de una base social que sostendrá sin mayores problemas las políticas, programas y campañas presidenciales.

En esa órbita también gravitan los gobernadores sujetos a la distribución de recursos federales; los partidos políticos que no logran encontrar su forma de contrarrestar el cada vez más fuerte dominio presidencial; las organizaciones de la sociedad civil sometidas al recorte de presupuesto y las descalificaciones del Ejecutivo pese a su dilatada experiencia en temas como la seguridad pública; y apenas unos cuantos críticos que cumplen su labor de registrar que no todo en La Cuarta Transformación es miel.

El cambio de régimen, como le llama el propio López Obrador requiere de una enseñanza y un reacomodo de todos los sectores, sobre todo, porque da señales de no tener marcha atrás.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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