Dicen en el Partido de la Revolución Democrática (PRD) que tanto Alfredo El Camarón Hernández Raigosa como Ricardo Pascoe Pierce, las flamantes adquisiciones de Morena y de la alianza Por la CDMX al Frente, respectivamente, están sobrevalorados y no desquitan lo que los partidos invirtieron.
La semana pasada, El Camarón fue recibido con bombo y platillos por la dirigencia de Morena en pleno, representada por la secretaria general del partido a nivel nacional, Yeidckol Polevnsky, y el dirigente local, Martí Batres Guadarrama.
El tema debió ser muy importante para los morenos, donde recibieron casi con alfombra roja a Hernández Raigosa, como si en verdad valiera lo que pregona, y en presencia también de la candidata a la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.
Y es que luego de graves desencuentros con su exesposa, Dione Anguiano —delegada en Iztapalapa—, por el poder en la zona, El Camarón renunció al PRD y se afilió a los pejistas, con lo que, según él, se ganará la delegación el próximo 1 de julio.
Además de que el hoy moreno ya no es el mismo, pues carece de la fuerza que alguna vez alcanzó en el Oriente, le pesó la mancha de la traición que dejó en su grupo y que lo seguirá a donde vaya.
Porque no hay que olvidar que Héctor Serrano, el hábil operador político de Miguel Ángel Mancera, al verlo alicaído y en franco declive, le armó una subsecretaría de Movilidad exprofeso, para que pudiera mantenerse junto con su estructura.
Con todo y que fue cobijado por el gobierno central, El Camarón no se tentó el corazón para darles la vuelta a quienes le ayudaron y traicionarlos.
Eso es en cuanto a Hernández Raigosa, un camarón oxidado que Morena presumió como si fuera el Cristiano Ronaldo de la política.
No obstante, en la alianza Por la CDMX al Frente también han ocurrido deslices.
Apenas el fin de semana pasado se anunció la incorporación de Ricardo Pascoe Pierce —un luchador social de toda la vida—, como el fichaje estelar de la candidata frentista Alejandra Barrales.
Si bien es cierto que don Ricardo ha sido militante de izquierda de siempre y tiene una muy buena imagen, también lo es que su presencia no aporta votos. O sea, imagen sí, pero votos, ninguno.
Y de El Camarón ni se diga; si ya de por sí iba a la baja durante el gobierno de Dione en Iztapalapa, hoy no vale ni el diez por ciento de lo que Morena le pudo haber ofrecido para que pasara a sus filas.
Visto de esta forma, pejistas y frentistas deberían estar preguntándose si en verdad sus adquisiciones son del calibre necesario para marcar diferencia o si igual no hubiera pasado nada si no fichan a estos personajes.
CENTAVITOS… El que se ríe se lleva, dicen por ahí, y esta vez le tocó al jovenazo Mikel Arriola ser desnudado por presuntos manejos financieros que habrían sido realizados a través de su esposa. Desde la semana pasada, Arriola se dedicó a atacar a Alejandra Barrales por el tema de sus propiedades inmobiliarias y cuentas de banco, que, a juicio del priista, son inexplicables, pero ayer el abanderado del PRI en la Ciudad de México ocupó el lugar de la silla de los condenados, en espera de que pueda explicar las acusaciones. El frentista tendrá que salir a responder si no quiere que esa mancha lo persiga durante toda la campaña y no se la pueda quitar ni con sosa cáustica.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2018/03/27/1228777
