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CDMX

Su popularidad encierra riesgos

Atentos hay que estar a los movimientos del presidente electo, quien desde ahora tiene en las manos el tesoro más preciado de cualquier político: una frágil y desdibujada oposición.

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Por Arturo Páramo

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Twitter: @elparamot

El actual gobierno termina con una de las peores calificaciones que haya tenido un presidente, con apenas 18 por ciento de aprobación de la ciudadanía, de acuerdo con la encuesta trimestral más reciente hecha pública por Consulta Mitrofsky sobre la aprobación de Enrique Peña Nieto.

En cambio, el 54 por ciento de la ciudadanía aprueba a Andrés Manuel López Obrador, cifra muy similar a la votación de 53 por ciento que obtuvo el tabasqueño el 1 de julio.

Esta popularidad previa a la toma de protesta del presidente tabasqueño es similar a la que tuvo en su momento el oriundo de Atlacomulco, y la que se encargó de diluir consistentemente a lo largo de su sexenio.

El escenario político actual dista de ser tan cuesta arriba para AMLO pues tiene una amplia mayoría en las cámaras, algo que no pudieron disfrutar Peña Nieto, ni sus dos antecesores.

Atentos hay que estar a los movimientos del presidente electo, quien desde ahora tiene en las manos el tesoro más preciado de cualquier político: una frágil y desdibujada oposición.

Eso le da a López Obrador una carta abierta para ejecutar políticas, redirigir presupuestos, y ejercer su estilo propio de gobierno, algo riesgoso en un país donde lo que priva es la impunidad y la falta de rendición de cuentas.

Contrario a lo que piensan los simpatizantes del presidente electo, la vida política de este país no será un paseo.

La oferta de diálogo anunciada por el tabasqueño no pasó de la primera sesión del Congreso. La beligerancia de Porfirio Muñoz Ledo y de los demás legisladores de

Morena y de sus partidos afines contrastó con el discurso de concordia que el tabasqueño vende en cada comparecencia ante los medios de comunicación.

El escenario de gritos y desdenes de los morenitas preconfiguran ya un trienio en la Cámara de Diputados sin contrapesos y rendido a los pies del futuro presidente, incluso antes de que tome posesión del cargo. Además, articulistas afines a López Obrador descalifican las dudas de este comportamiento y señalan de “estupidez” la sola idea de que el próximo sexenio los poderes sean afines al tabasqueño.

El presidente no necesita ordenar públicamente, marcar tendencia, señalar el camino. El fallo unánime del Tribunal Electoral del Poder Judicial sobre el uso de recursos del Fideicomiso “Por los demás” deja claro que sí hay poderes rendidos desde ahora al futuro presidente.

Consciente de este poder, Lopez Obrador busca generar más simpatías entre los trabajadores sindicalizados al anunciar que exigirá a los dirigentes que den a conocer su patrimonio, creado al amparo de la impunidad, y la complacencia del estado.

También tiende puentes con el inestable presidente de Los Estados Unidos, en tanto que embajadores de países del Caribe y América Latina le exigen comerciar más con ellos y evitar la dependencia de los Estados Unidos.

En tanto, su luna de miel con el sector empresarial, uno de los pocos que puede plantarle cara, sigue siendo una incógnita.

Si bien López Obrador cuenta con el capital político más importante de cualquier presidente en lo que va del siglo, habrá que hacer entender a sus senadores, diputados federales, diputados locales, presidentes municipales, gobernadores, jefa de gobierno y demás funcionarios, que el discurso de la concordia es la vía para que el país coseche frutos y dejan de lado venganzas, linchamientos políticos, revanchas, desprecios.

De no ser así, AMLO solo será popular, pero nada habrá cambiado.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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