Investigación
Terapia Alpina contra el cáncer
Los enfermos reciben las herramientas psicológicas y estrategias para entender que el sufrimiento es un estado mental, entonces, el cuerpo reacciona favorablemente.
Jorge X. López / Fotos: Moisés Corona
En 1999, luego de ser diagnosticado con cáncer de riñón y recibir un pronóstico de cuatro meses de vida, Francisco Olvera de la Rosa decidió que esa enfermedad no sería sinónimo de su muerte.
El camino que decidió fue fortalecer sus aptitudes como alpinista, -deporte que practica desde los 16 años-, y no dejar, nunca dejar de subir a la montaña.
“Ya internado quise ver los volcanes, (el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl) y por sugerencia de mi doctora, que fue quien me dio la idea de Terapia Alpina, comencé con cinco, 10, 15 minutos, hasta donde aguantara el cuerpo”, recuerda.
El resultado de sus excursiones se vio reflejado en su estado de salud, si bien el cáncer nunca se fue, lo enfrenta no como un padecimiento sinónimo de muerte, sino como una enfermedad crónico-degenerativa.
Y así fue como nació Terapia Alpina, con la idea de compartir su experiencia como montañista y darles a los enfermos de cáncer un motivo para seguir viviendo.
“La esencia de Terapia Alpina no es curar el cáncer, sino aceptar lo inaceptable: la muerte; los enfermos suben deprimidos, tristes; bajaban sonrientes, con actitud de sobrevivir, porque la sabia aceptación de la realidad es lo que da la paz interior”, asegura Francisco.
Hay que tener una actitud positiva ante la muerte y ante el cáncer, por ello, dice, en países desarrollo esta enfermedad no significa el fin inminente de la vida, sino un cambio de hábitos que puede dar una buena calidad de vida a los enfermos y, en algunos casos, sanarlos.
Y es que, abunda, el primer problema emocional de todo paciente es escuchar que tiene cáncer. “Es demoledor, genera histeria, bloquea, deprime, genera desasosiego, desamparo, porque creen que el cáncer los va a matar. Esa carga metafórica es del siglo pasado”.
Con la Terapia Alpina, comenta, los enfermos reciben las herramientas psicológicas y estrategias para entender que el sufrimiento es un estado mental en el que el cáncer le hace pensar que se va a morir, pero al revertir esto y encontrar la paz interior, el cuerpo reacciona favorablemente.
