Justo al final de las campañas en la CDMX se da una ruptura entre la dirigencia local del PRI y sus líderes territoriales más fuertes, que son las huestes del expresidente tricolor, Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre. Cuando la dirigencia nacional del partido propuso a Mikel Arriola como su candidato para pelear la Jefatura de Gobierno de la capital, hubo inconformidades entre la militancia local, donde varios se sintieron desplazados una vez más por el CEN. Tras varias negociaciones, los inconformes aceptaron apoyar al exdirector general del IMSS, a cambio de la inclusión de sus cuadros en las listas de concejales y diputaciones locales.
El acuerdo lo hicieron cuando Enrique Ochoa Reza era el presidente nacional del PRI y todo mundo se puso a trabajar en favor de Mikel, quien sorprendió con una campaña fresca que, en general, fue bien aceptada entre los votantes.
Los problemas comenzaron cuando el candidato empezó a ladear su campaña hacia la ultraderecha, representada básicamente por panistas que no vieron bien la unión de su partido con el PRD, en busca de simpatías en ese sector.
A pesar de ello, las cosas seguían caminando, hasta que René Juárez Cisnerosentró al relevo de Ochoa Reza en la dirigencia nacional, y los acuerdos comenzaron a tambalearse. El primero en alzar la voz fue el delegado Fernando Mercado, quien siempre ha manifestado estar en contra de las propuestas de Arriola, pues afirma que van contra la agenda aprobada e impulsada por el tricolor.
Como quiera, Mikel seguía sumando adeptos hasta que el propio Mercado –quien es delegado en Magdalena Contreras— no aguantó más y declaró al noticiario de
Ciro Gómez Leyva que su voto iba a ser para Claudia Sheinbaum para la Jefatura de Gobierno.
Las reacciones de la dirigencia nacional no se hicieron esperar y de inmediato iniciaron su proceso de expulsión, pero, además, lanzaron la amenaza de cambiar toda la estructura priista en Magdalena Contreras, para afectar a sus candidatos afines.
No conforme con las amenazas, el PRI nacional desconoció el acuerdo hecho por Ochoa Reza con Gutiérrez de la Torre para que, a unos días de la elección, se modificaran las listas de plurinominales al primer Congreso de la CDXM y el exlíder local fuera incluido.
Del equipo de Arriola recomendaron no meter a Cuauhtémoc para no afectar la campaña, y en las negociaciones le dieron el lugar a Armando Tonatiuh González, que si bien es del equipo cuauhtemista, la relación quedó lastimada.
Tras esto, se espera que el equipo territorial de Gutiérrez de la Torre baje las manos a la hora de la operación e, incluso, que pueda inclinarse por debajo del agua para algún otro candidato, lo cual afectaría la votación no sólo para Mikel, sino para José Antonio Meade.
En mal momento se dio este quiebre, justo cuando avizora la meta del 1 de julio y en unos cuantos días no hay margen para que la dirigencia priista pueda maniobrar y, en una de esas, los votos que iban a ser para el tricolor puedan ser cachados por alguien más.
Incluso los morenos podrían aprovechar para inclinar la balanza en Iztapalapa, por ejemplo, donde Cuauhtémoc es fuerte.
CENTAVITOS… Donde no tuvieron empacho en rescatar –para variar— a otro pillo del sindicalismo, es entre los pejistas, que utilizaron la franquicia del PES para subir como plurinominal número uno para el Congreso de la CDXM a Fernando Espino Arévalo, el “Fidel Velázquez” del Sindicato del Metro. Parece que con tal de ganar votos –vengan de donde sea—, los morenos siguen adelantando las amnistías.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/traicion-en-el-pri-capitalino/1247780
