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Investigación

TROYA: Así no señor presidente

México, señor López Obrador, padece la emigración de profesionales altamente calificados por la falta de desarrollo de sus áreas de investigación, por motivos económicos o por conflictos políticos… En su sexenio será a consecuencia de la reducción en sus salarios.

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Por Elena Chávez González

Así no, señor Presidente. El temor generalizado que empieza a sentirse en distintos sectores del país no lo ayudará para que sea recordado, como es su anhelo, como el mejor presidente de la historia de México; será el tirano que desvaloró la mano calificada de hombres y mujeres en el servicio público, por el capricho absurdo de que nadie, absolutamente nadie, debe obtener un salario mayor al de usted. Eso se llama soberbia y autoritarismo.

Si bien es urgente terminar con el dispendio de una clase política que por décadas usó los recursos públicos para enriquecerse y sentirse superior a la de millones mexicanos que viven al día, también lo es que hay funcionarios honestos, responsables, trabajadores y muy eficientes dentro de la burocracia gubernamental; medir a todos con la misma vara es un riesgo innecesario que podría acarrearle a Andrés Manuel López Obrador, aun antes de asumir formalmente la presidencia de la República, disminución en confianza e innumerables amparos.

Bajarse el salario es una decisión suya, personal, fue una promesa de su campaña para ganar electores que sin duda le seguirán aplaudiendo, pero por qué afectar a centenas, miles de funcionarios que con esfuerzo y dedicación ostentan cargos de nivel superior: directores de área, directores generales, subsecretarios y secretarios de Estado
que entregan su vida al servicio público.

Y no hablo de los que seguramente saldrán al término de la administración de Enrique Peña Nieto, defiendo a los que entrarán en busca de darle una mejor vida a su familia.

Sí creo que la reducción de sueldos podría afectar la competitividad del sector público frente a la iniciativa privada, incluso daría paso a la corrupción, toda vez que al percibir un salario menor cualquier funcionario buscaría en otro lado compensar lo que su gobierno les quite en aras de ahorrar para sus programas sociales de adultos mayores y jóvenes (“ninis”).

Debería, señor Presidente, reflexionar sobre si ninguna persona del sector público merece mayor pago por su tarea.

¿Qué les dirá a los médicos de hospitales que atienden diariamente a miles de mexicanos a consecuencia de enfermedades graves, que prácticamente viven en esos nosocomios donde nunca hay descanso?

México, señor López Obrador, padece la emigración de profesionales altamente calificados por la falta de desarrollo de sus áreas de investigación, por motivos económicos o por conflictos políticos… En su sexenio será a consecuencia de la reducción en sus salarios.

En aras de justicia laboral habría que evaluar la función de cada una de las personas que ya son funcionarios de carrera y preguntarles si quieren aportar económicamente a su proyecto. Habrá quienes dirán, seguramente los que se integrarán a su gobierno, que es tanto el amor por México que no les importará ganar un salario de 70 mil pesos mensuales.

Eso sí, coincido con usted en que, independientemente del salario, deben acabarse los excesos de la alta burocracia: compensaciones, bonos extras, vacaciones todo pagado, seguros médicos privados, autos nuevos, viajes sin justificación, comidas y cenas con recursos públicos, pago de choferes, guaruras y liquidaciones.

Todos, incluyéndolo, deberán atenderse como cualquier trabajador del gobierno en las clínicas del ISSSTE.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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