Por Elena Chávez González
@88ElenaChavez
Hablar de los derechos de los animales resulta un tema por demás apasionante para quienes, como yo, insistimos en exigir que la justicia deje de ser especiesista y alcance a todos los seres vivos por igual: humanos, animales y plantas.
Estamos a unas semanas de que entre en vigor el Artículo 13 de la Constitución de la Ciudad de México que reconoce a los animales como seres sintientes, por lo que ya basta de regatearles el trato digno y respetuoso que merecen simplemente por existir, vivir, respirar y sentir.
Me emociona pensar que de manera humilde contribuí como diputada constituyente para que los animales en esta gran urbe dejen de ser objetos.
A partir de septiembre, los animales tendrán el reconocimiento de seres sintientes, con lo cual las autoridades estarán obligadas a cumplimentar las leyes ya existentes en bienestar animal y crear las secundarias que les reditúen un trato digno por parte de sus tenedores. Lo prioritario es que los diputados del primer Congreso modifiquen el Código Civil, donde se les tiene como artículos en el hogar.
La lucha por el reconocimiento a los derechos de los animales no ha sido fácil, es más, aseguraría que a quienes hemos dedicado tiempo y esfuerzo para visibilizarlos se nos discrimina, critica y tacha de ingenuos.
Los animales, principalmente los “de compañía”, han sido víctimas del ser humano que, bajo la complacencia, complicidad e indiferencia de las autoridades, han sufrido toda clase de vejación, desde la explotación por dinero y poder, hasta la tortura por la frustración, ignorancia o rencor que caracteriza a las personas; desquitamos en ellos toda la maldad que nos hace indignos ante estos seres vivos.
Desde este espacio de libertad mi más dura condena a los gobiernos que han administrado esta Ciudad de México, no han sido capaces de generar políticas públicas tendientes al bienestar animal; es más, han ignorado las leyes en las que hemos participado la sociedad civil y, en algunos casos, como fue con la Agencia de Atención Animal (AGATAN) la han politizado, sin importar el sufrimiento de millones de animales que mueren en cautiverio, criaderos, antirrábicos, calles, tiendas o en propiedad privada.
¡Justicia!
El Artículo 13 de la Constitución de la CDMX debe ser motivo del cambio que presume la administración que encabezará Claudia Sheinbaum, las y los ciudadanos estaremos atentos a que se cumpla con el mandato constitucional:
“Esta Constitución reconoce a los animales como seres sintientes y, por lo tanto, deben recibir trato digno (…).
“Las autoridades de la Ciudad garantizarán su protección, bienestar, así como el trato digno y respetuoso (…). La ley determinará:
“A) Las medidas de protección de los animales en espectáculos públicos, así como en otras actividades, de acuerdo a su naturaleza, características y vínculos con las personas;
“B) Las conductas prohibidas con objeto de proteger a los animales y las sanciones aplicables por actos de maltrato.
“C) Las bases para promover la conservación, así como prevenir y evitar maltratos en la crianza y aprovechamiento de animales de consumo humano;
“D) Las medidas necesarias para atender el control de plagas y riesgos sanitarios, y
“E) Las facilidades para quienes busquen dar albergue y resguardo a animales en abandono.”
Hacer historia en materia animal puede ser un arma de dos filos; ojalá que sea para escribir que la justicia sí llegó a los animales, cual sea su especie…
