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TROYA / Ya vete, Claudia

La gobernante morenista está acompañada de bandas delincuenciales que tienen a la Ciudad de México aterrorizada, vulnerable, llorando la perdida de sus hijos sin que la gobernante encuentre la manera de parar, como lo prometió, a todos los chicos malos que decidieron abrazar la carrera delincuencial que portarse bien como se los ha sugerido el dueño de la cuarta transformación.  

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Elena Chávez González

Crece el rumor de que los capitalinos están preparándole a la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum un mega marcha de “ya vete, Claudia” ante los asesinatos de estudiantes de universidades privadas que llevaron al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador a levantarle la mano a su pupila en señal de que todo el poder del estado está con ella, por encima, incluso, de las víctimas.

De concretarse sería la primera marcha de rechazo a la administración de Sheinbaum que, efectivamente, no está sola, como arengara el presidente López Obrador en el evento de desagravio a su alumna preferida, está acompañada de los rostros de los jóvenes que han sido secuestrados y asesinados en su gobierno.

La gobernante morenista está acompañada de bandas delincuenciales que tienen a la Ciudad de México aterrorizada, vulnerable, llorando la perdida de sus hijos sin que la gobernante encuentre la manera de parar, como lo prometió, a todos los chicos malos que decidieron abrazar la carrera delincuencial que portarse bien como se los ha sugerido el dueño de la cuarta transformación.

Ante tal rebeldía el presidente que impuso a Sheinbaum como Jefa de Gobierno de esta alterada ciudad ordenó a sus operadores políticos que hoy se denominan servidores de la nación, realizaran un gran evento público en la alcaldía que gobierna Francisco Chiguil, sí, el corresponsable de la muerte de los jóvenes en la discoteca New Divine, para abrazar a su pequeña Claudia que estaba siendo agredida por grandulones abusivos que le exigían renunciar.

¡Cuánta osadía! Atreverse a pedirle a Claudia Sheinbaum que renunciara ante los asesinatos, hasta ahora no aclarados, de varios jóvenes universitarios, ante el incremento exponencial del delito del secuestro por el que en 2004 los capitalinos salieron a la calle vestidos de blanco a exigirle a López Obrador, en ese entonces Jefe de Gobierno, lo mismo: que se fuera si no podía con la delincuencia que un día si y otro también secuestraba y asesinaba a ciudadanos.

¿De plano era necesario montar un espectáculo con beneficiarios de los programas sociales del gobierno lopezobradorista para respaldar a la Jefa de Gobierno? Se mostró López Obrador como un gobernante insensible ante el dolor de una familia al perder a su hijo a consecuencia de un infame secuestro que, para colmo, fue pagado para salvar al joven Norberto Ronquillo.

Mientras los padres de Norberto lo velaban en una funeraria, al otro lado de la Ciudad de México el presidente de treinta millones de mexicanos le levantaba la mano a la Jefa de Gobierno como si hubiera ganado una pelea de box; arengaba a sus simpatizantes para que corearan “no estás sola”, “No estás sola” como si la víctima de los delincuentes hubiera sido la propia Claudia Sheinbaum.

El presidente de México se equivocó: no hay grandulones ni abusivos detrás de la petición de exigirle a la gobernante de esta ciudad que cumpla con lo que prometió durante su campaña política para ser Jefa de Gobierno: frenar, erradicar la inseguridad que años atrás ya golpeaba brutalmente a los citadinos pero que ha aumentado considerablemente en estos casi siete meses de administración de la morenista.

Quienes están pidiendo resultados son los propios jóvenes, los estudiantes que tienen miedo de ir a la escuela porque no saben si al llegar o al salir de las instituciones educativas serán secuestrados y asesinados como le pasó a Norberto o a Leonardo. Las voces que se escuchan son de padres de familia que viven con la incertidumbre de no volver a ver a sus hijos, de los ciudadanos que miran con enojo como los índices delictivos suben como la marea.

El evento presidencial fue un error gigantesco: ir a la alcaldía que gobierna el morenista Chiguel para reírse de las críticas y exigencias de toda una Ciudad que vive con pánico.

Tanto el presidente López Obrador como la Jefa de Gobierno tuvieron la oportunidad, ya que quisieron hacerlo juntos, de lamentar el asesinato de Norberto Ronquillo y declarar que no habrá impunidad para los asesinos del estudiante; en cambio su discurso fue burlarse y acusar a enemigos que sólo ellos ven queriendo hacerle un complot a la morenista.

S están ganando a un ritmo muy rápido que los mexicanos olviden ideologías políticas para unirse en una sola voz y pedirle a la pareja López Obrador-Sheinbaum que se retiren a sus respectivas casas porque en sus manos nadie tiene garantizada la vida.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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