Algunos habían adelantado que a mitad de año buscarían separarse un poco de la imagen de Miguel Ángel Mancera para tratar de reencauzar al PRD hacia sus orígenes, pero la verdad pocos creyeron que los amarillos se atreverían a desafiar al jefe de Gobierno.
Sobre todo porque más tardaban en levantar la voz que en agachar de nuevo la cabeza y seguir sumisos a los designios de quien ellos llevaron al gobierno de la CDMX en 2012; así habían sido los últimos cuatro años y medio.
En corto, en las mesas de café, los caciques locales se quejan amargamente de que Mancera los ha arrastrado hacia abajo en las preferencias de los capitalinos, que se sienten abandonados por un partido que ofreció velar por sus intereses.
Se reúnen en secreto, invitan a otros a sumarse, pero a la mera hora todos regresan al redil… o regresaban, porque al parecer ahora sí van en serio por recuperar su partido.
Y es que desde que Mancera llegó a la Jefatura de Gobierno los perredistas le entregaron las posiciones del gabinete, la presidencia de la Comisión de Gobierno en la ALDF con Manuel Granados y la dirigencia del sol azteca en la CDMX con Raúl Flores.
No conforme con ello, apenas el año pasado le permitieron impulsar a Alejandra Barrales como presidenta nacional del PRD.
O sea, le dieron todo a alguien que se ha negado a declararse perredista, y que ya advirtió que no lo hará.
Nadie ignora que hacia adentro del partido hay inconformidad por esa situación y que algunas tribus planeaban una rebelión por ahí de junio o julio, pero parece que los tiempos se están adelantando.
Aunque se mantienen fieles a Mancera, no es secreto que personajes del partido como Leonel Luna, Mauricio Toledo, Víctor Hugo Lobo, Julio César Moreno y Carlos Estrada, entre otros, quieran impulsar a alguien de casa para 2018.
Llama la atención el documento emitido el pasado fin de semana por Toledo en el que señala que su partido no permitirá, otra vez, que nadie que no sea militante reconocido pueda obtener la candidatura al Gobierno de la CDMX.
Aunque no lo menciona por su nombre, el único gobernante no perredista que ha estado al frente de la ciudad desde que en 1997 ese partido ganó las elecciones locales es Miguel Ángel Mancera.
“No hay cabida para personas mediáticas o carismáticas; el ciudadano prefiere un candidato fuerte”, señala en su texto el diputado, afín a Héctor Serrano, secretario de Movilidad y operador político del propio Mancera.
Con eso está diciendo también que de los cuatro aspirantes que ha nombrado el jefe de Gobierno como sus posibles sucesores, para las tribus estarían descartados Salomón Chertorivski, de Economía, y Armando Ahued, de Salud, por no ser perredistas.
Y que en la jugada seguirían el consejero jurídico, Manuel Granados, y la dirigente del PRD nacional, Alejandra Barrales, con alguno más que pudieran proponer las propias tribus amarillas de la ciudad.
Al parecer van en serio.
CENTAVITOS… Curioso es que mientras Toledo exige que nadie que no sea del PRD acceda a la candidatura amarilla por la CDMX, al mismo tiempo insista en que Mancera vaya como su aspirante a la Presidencia de la República, cuando el jefe de Gobierno ha dicho hasta el cansancio que no le interesa afiliarse a los amarillos y que buscará la candidatura desde el bando de los independientes.
Y será El Sereno, pero de que algo se está moviendo en las tripas del PRD, se está moviendo.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/04/18/1158224
