Si creía que con renunciar a la Secretaría de Desarrollo Rural y Equidad para las Comunidades (Sederec) iba a calmar a la jauría que desde hace tiempo quiere cazarla, Rosa Icela Rodríguez anda muy errada.
Como integrante del equipo de Miguel Ángel Mancera durante cinco años ya comprobó cómo los instrumentos del gobierno capitalino pueden ser alineados en contra de alguien, y más si se trata de una exfuncionaria a quien muchos consideran traidora.
Desde 2015, cuando el PRD fue arrasado en la Ciudad de México por Morena, los operadores electorales del jefe de Gobierno justificaron su derrota diciendo que la entonces titular de Desarrollo Social se había vendido al enemigo.
Iniciaron una embestida en su contra hasta que la presión fue insoportable para Mancera, quien no la corrió, pero sí la movió de la poderosa Sedeso a la muy modesta Sederec en un intento por calmar a la jauría amarilla.
La tormenta amainó un poco, pero en 2016, cuando Rosa Icela no estaba ya en Desarrollo Social, Morena volvió a derrotar —caminando— al PRD y a su maquinaria en las elecciones para la Asamblea Constituyente que aprobó la Constitución Política de la Ciudad de México.
Si bien es cierto que en los últimos tiempos bajó un poco la presión contra ella, también lo es que no terminó y la funcionaria presentó su renuncia a principio de año, que le fue aceptada por Mancera, con quien, supuestamente, acabó en bueno términos.
Aunque la Sederec es pequeña y de reciente creación, despertó la voracidad de los caciques para intentar apropiarse de ella. El jefe de Gobierno se adelantó y nombró a Evangelina Hernández, su gran amiga de andanzas escolares, como secretaria sustituta.
En el nombramiento no tuvo nada que ver Rosa Icela, quien fue su jefa durante algunos años, sino por la estimación personal de Mancera, quien, incluso, en 2015 ya había intentado hacerla diputada local, pero fracasó.
Aparentemente todo estaba en calma, pero hace una semana llegó a la Dirección General de Desarrollo Rural de la Sederec Adolfo Savín –exmano derecha de Rodríguez–, quien intenta hacer una limpia del equipo de su exjefa, pidiendo la renuncia al equipo.
No lo ha logrado porque aún no lo ratifican —tiene que pasar algunos exámenes—, pero hacia dentro se dice que de inmediato inició una exhaustiva revisión administrativa de los gastos de la dependencia, porque tiene la misión de cobrar facturas a la exsecretaria.
Excuadro de Lola Padierna, hoy militante de Morena, Savín trabajó varios años como segundo en el mando con Rosa Icela, de quien dicen lo aguantó en la nómina por dos infartos y una incapacidad por enfermedad durante meses.
En 2016 Sabín —quien en sus redes se promueve como aspirante a diputado por el Distrito 8— apareció de repente como empleado de la Semovi, hasta la semana pasada que se presentó en Sederec, por cierto, a un área eminentemente técnica.
Para completar su misión de hundir a su exjefa, el funcionario tendría primero que anular a Evangelina, cosa que se ve un poco complicada porque la actual secretaria fue de la palomilla estudiantil de Mancera y es su protegida.
Pero de que le traen ganas a Rodríguez, le traen.
CENTAVITOS… Leonel Luna ha hecho público que aspira a ser senador e igual en una de esas se le hace, pero, por lo pronto, queda claro que es el vocero —sin cargo, por supuesto— de todo lo que tenga que ver con la tan tardada reconstrucción de la Ciudad de México luego del sismo de septiembre. A ver si con él sí camina el tema, porque van cuatro meses y una tortuga lo hubiera hecho más rápido.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2018/01/24/1215616
