Adrián Rueda
Quienes la conocen dicen que se acuesta muy tarde y se levanta muy temprano todos los días; que casi no duerme, que le mete duro al trabajo y que por eso siempre trae cara de cansada, ojerosa… ¿Y entonces por qué Claudia Sheinbaumno tiene el éxito que desea?
La mayoría opina que —como dice Ricardo Monreal acerca de la administración federal— a la jefa de Gobierno le hace falta un gabinete que la acompañe, sobre todo en áreas vitales como Seguridad, Medio Ambiente, Movilidad y Procuración de Justicia, entre otras.
Nadie puede negar que Sheinbaum le echa ganas, pero dicen que olvida su formación de científica y no hace caso al ensayo-error, pues ha ensayado con varios funcionarios que no tendrían que estar ya con ella, pero los conserva.
Dan ejemplos muy puntuales: Jesús Orta, titular de Seguridad Ciudadana; Ernestina Godoy, procuradora de Justicia; Andrés Lajous, secretario de Movilidad; Marina Robles, en Medio Ambiente, y Florencia Serranía, directora del Metro, nada más para empezar.
Y es que la jefa de Gobierno no ha mandado ninguna señal de querer rectificar ante las evidentes fallas, y ese mensaje lo percibe la ciudadanía como una debilidad, al grado de que su aceptación —según la última encuesta de El Universal— se derrumbó estrepitosamente.
De nada le sirve que en la plaza pública YSQ le levante la mano y le organice porras —como seguramente ocurrirá hoy en el acto multitudinario de El Zócalo—, si los ciudadanos la perciben como una persona que no está calificada para el cargo.
Una de las principales fallas que detectan en su administración —aseguran los propios funcionarios que está cerca de ella— es que no exige el cumplimiento de las tareas encomendadas a sus subalternos, además de la pésima Comunicación Social.
Que da seguimiento a los pendientes y pide cuentas a sus secretarios, pero cuando no le entregan la tarea, sólo les dice que cómo es posible que hayan olvidado hacerla, pero no hay ninguna sanción, y que eso ha permeado hacia el resto del equipo.
Sus enemigos políticos, sobre todo al interior de Morena, han querido aprovechar sus debilidades, al grado de que hace unas semanas tuvo que recibir el espaldarazo presidencial en un evento público en GAM: “No está sola, Claudia”, le dijo YSQ.
Aunque ese espaldarazo en lugar de fortalecerla la debilitó ante la opinión pública, en los hechos la jefa de Gobierno ya no está sola, pues, aun en contra de su opinión, la Federación metió a la Guardia Nacional a la CDMX, ante el desborde de la delincuencia.
Sheinbaum tuvo que aceptar la decisión, evidenciando que, efectivamente, no puede sola.
CENTAVITOS…
Ninguna necesidad había de que los morenos recurrieran al acarreo para festejar un año de haber ganado las elecciones presidenciales. La fuerza de YSQ alcanzaba aún para convocar a sus simpatizantes, pero funcionarios y legisladores morenistas cancelaron actividades en cámaras, alcaldías y secretarías para que los trabajadores vayan al festejo. A ver si no por andar de ofrecidos acaban declarando por desvío de fondos públicos.
