POR: ARTURO PÁRAMO
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Llama la atención que el impulso que tiene el candidato presidencial de la coalición Juntos Haremos Historia no arrastre en la misma magnitud a su compañera de fórmula en la Ciudad de México.
En contraste con las cifras que ponen a Andrés Manuel López Obrador con una cómoda ventaja sobre Ricardo Anaya y aún más vasta ante José Antonio Meade, en la Ciudad de México no ha sido publicada una encuesta confiable en las recientes semanas.
Este fenómeno despierta algunas interrogantes.
¿Se sigue pensando que quien vaya al frente en las encuestas arrastra en automático y en la misma magnitud al resto de sus candidatos de coalición?
¿Se optó por apostar todos los recursos en mediciones presidenciales para no distraer los dineros en el pago de sondeos locales?
¿Sí se han hecho y la diferencia es tan cerrada que no hay una amplia ventaja para presumir públicamente?
¿Los números revelarían que el candidato presidencial que se exhibe como indestructible en realidad sí tiene flancos
que pueden ser explotados en elecciones locales, competitivas y masivas como las de la Ciudad de México?
¿La candidata morenista no logró despuntar y en el mejor de los casos está estancada?
¿La perredista no logró descontar la diferencia que tenía desde el inicio de la contienda?
Lo cierto es que son pocas las encuestas que podrían dar una idea de hacia dónde ha derivado la contienda entre
Barrales y Sheinbaum.
Lo que sí ocurre es que las dos candidatas aprestan desde ya estrategias hacia la segunda parte de sus campañas.
Sheinbaum tendrá al menos una vez a la semana la compañía de López Obrador, y apelará a esa “ósmosis” política de la que echan mano todos los candidatos morenista del país.
Barrales fue aconsejada de endurecer su imagen y discurso e incluso de ser más agresiva en sus mensajes.
Por naturaleza, la candidata en persecución está obligada a intentarlo todo.
El segundo debate de candidatos a la Jefatura de Gobierno será el 16 de Mayo y entonces se tendrá una idea clara de sí aún hay tiempo para que Barrales remonte la desventaja que tiene o sí tendrá el estigma de ser el primer candidato del PRD en perder una elección a la Jefatura de Gobierno.
AL TIEMPO
Lo cierto es que el nivel de la elección capitalina alcanza niveles demenciales con cerca de 3 mil candidatos que buscan el voto.
Se trata de 432 candidatos a diputados de mayoría relativa, incluyendo a candidatos propietarios y suplentes, y 10 sin partido; 340 candidatos a diputados plurinominales; 101 candidatos a Alcaldías, incluyendo 5 independientes; y 2 mil 290 candidatos a concejales.
Será necesario replantear la forma de hacer campañas y el gasto que generan unos comicios de este tamaño.
AMLO LEVANTA PASIONES
Escribir del puntero en la elección presidencial es enumerar plazas llenas, traslados maratónicos, frenéticos recorridos en carretera y, sobre todo, de simpatizantes que rayan en el delirio.
No hay plaza, calle o auditorio que se resista al discurso ensayado durante más de 12 años, afinado, tan eficaz como el libreto de una obra de teatro.
El tabasqueño encanta a los asistentes a la plaza pública, conoce los resortes que desatan la ira, la inconformidad,
la risa y eso que él llama esperanza.
López Obrador es ante todo un orador consumado, y ha logrado a base de ensayo y error sintetizar en frases cortas los conceptos de nación, de corrupción, la historia del país, y la idea de futuro.
Si por algo se conocerá al candidato presidencial por tercera elección consecutiva será por concretar en un partido y en una campaña que rebasa la docena de años, la idea de que este país difícilmente puede estar peor y que sólo el voto puede cambiar el estado de las cosas… si el voto por él, por supuesto.
Y ese es el único aspecto que ha mostrado como debilidad, su disgusto cuando la realidad no se apega a su proyecto.
