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ZONA CENTRO / Pobre legislador y político lépero

Se supone que es maestro de profesión, pero no aprende la práctica parlamentaria, en los 10 meses que ha estado al frente de los trabajos en el Pleno del Congreso se nota que no ha leído el Reglamento del Congreso y la Ley Orgánica, ni la Constitución.

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Esperanza Barajas

Como una jugada política para controlar la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política del Congreso de la Ciudad de México el grupo parlamentario de Morena envió a uno de sus cuadros al PT, el diputado Jesús Martín del Campo. Sus aliados políticos sumaron seis a la bancada e hicieron al ex guerrillero presidente del Legislativo; pero a pesar de ser un viejo político de izquierda, ha demostrado que poco o nada sabe de práctica parlamentaria.

Se supone que es maestro de profesión, pero no aprende la práctica parlamentaria, en los 10 meses que ha estado al frente de los trabajos en el Pleno del Congreso se nota que no ha leído el Reglamento del Congreso y la Ley Orgánica, ni la Constitución.

La semana pasada hizo un papelón en la sesión de la Comisión Permanente, resulta que el coordinador de los perredistas, Jorge Gaviño, puso desde la tribuna el audio del presidente de la Mesa Directiva y el florido lenguaje con que se expresa de sus compañeros de oposición se escuchó: “álcenla pinches pendejos por la negativa, hijos de su pinche puta madre, pendejetes”. Jesús Martín del Campo no dijo nada, se quedó congelado.

De inmediato la bancada de Morena, empezó a buscar de dónde había salido ese audio, la diputada Valentina Batres, mandó llamar al coordinador de Comunicación Social, Ignacio Rodríguez, una de sus cuotas, para que explicara lo ocurrido, buscando culpables. Parece que ninguno de los legisladores del grupo mayoritario ni sus asesores han seguido las sesiones por internet, porque ahí se escucha todo lo que dicen en la Mesa Directiva.

Al inicio de la Legislatura era curioso escuchar la voz nerviosa de Jesús Martín del Campo diciendo “y ahora que sigue” buscando al personal de Servicios Parlamentarios para que lo orientara sobre lo que debía decir. Muy rápido los diputados de oposición se dieron cuenta del talón de Aquiles del presidente.

Jorge Gaviño recurrentemente lo hace sufrir cuando le pide que justifique sus determinaciones con base en el Reglamento. Una y otra vez salió a su rescate Eduardo Santillán, hubo una sesión donde el panista Christian von Roehrich en tono jocoso ya no recurrió al presidente de la Mesa, le pidió al entonces vicecoordinador que justificara las decisiones que se tomaban en el Pleno.

La cadena de errores no sólo ha sido en las sesiones, al inicio de la Legislatura y cierre del gobierno perredista, se le olvidó mandar los oficios para que los miembros del gabinete mandaran el informe del último año de la gestión antes de acudir a la comparecencia, como se establece en el artículo 157 del Reglamento del Congreso.

Una de las tareas del nuevo gobierno fue integrar el Presupuesto de Egresos de 2019 y  la secretaria de Finanzas, Luz Elena González, acudió al Congreso a presentarlo, pero resulta que al presidente del Legislativo se le olvidó turnar a las comisiones de Hacienda y Presupuesto el proyecto para su análisis y dictamen correspondiente. Son detalles, pero en los hechos la práctica parlamentaria no ha sido pulcra.

El problema de los turnos a las comisiones de trabajo de las iniciativas y puntos de acuerdo, ha sido una dificultad permanente para esta primera Legislatura del Congreso de la Ciudad de México.

Otra joya fue cuando cerraron el periodo de sesiones el 28 de diciembre de 2018 y se les olvidó instalar la Comisión Permanente, eso lo hicieron hasta el 10 de enero, violentando el artículo 31 de la Constitución; pero Jesús Martín del Campo no sólo permitió esa omisión, también aceptó que se lo brincaran.

Resulta que la Junta de Coordinacion Política emitió un acuerdo y determinó quienes eran los integrantes de la Permanente, asi que se les ocurrió nombrar al diputado José Luis Rodríguez presidente de la Mesa Directiva, cuando la Ley Orgánica establece que los trabajos son para el año legislativo, que incluye las sesiones ordinarias, extraordinarias y la Comisión Permanente.

Un detalle que provoca entre risa y pena es cuando la coordinadora de Servicios Parlamentarios, Carina Piceno le tiene que mover el mouse para que el legislador pueda leer el orden del día de la sesión.

Quizá más penoso es ver como el viejo político niega que la voz que todos escuchamos era la suya, en lugar de ofrecer una disculpa.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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