Sin embargo, en tan sólo tres años de gestión se empezó a vislumbrar la debacle electoral, ya que en el proceso electoral intermedio de 2015 Morena lograría arrebatarle casi la mitad de las delegaciones políticas y obtendría un importante triunfo en la otrora Asamblea Legislativa del Distrito Federal.
Y como todos sabemos, este 2018, Morena alcanzó el triunfo en la mayoría de las alcaldías, obtuvo la mayoría en el recién estrenado Congreso de la Ciudad de México y se alzó con el triunfo en la elección para la Jefatura de Gobierno.
Gracias a la fuerte campaña, imagen y presencia de quien fuera la candidata de la coalición encabezada por el PRD, junto con el PAN y MC, Alejandra Barrales, la caída del PRD, al menos a nivel de la Jefatura de Gobierno no fue contundente. En ambos casos, el ámbito federal y local, queda claro que las esperanzas de la población están puestas en la ilusión de un mejor vivir, de que la gente pueda palpar beneficios tangibles como una mejor seguridad, una economía estable y sin sobre saltos, mejores condiciones y oportunidades de empleo, entre otras tantas demandas que hombres y mujeres exigen.
Sin embargo, ambas administraciones no tienen un cheque en blanco, es decir, la historia como podemos ver, ha dado cuenta de que la población si no es atendida sabe que cuenta con la espada de su voto y puede utilizarla en su oportunidad como mejor lo considere.
Por ello, si les va bien a ambas administraciones le va bien a México y a nuestra Ciudad por lo que les deseamos mucho éxito a ambas gestiones.
Analista especializado en temas político electorales de la CDMX.