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Economía para Principiantes

Observemos a nuestros vecinos del norte

¿Debería México aprobar un presupuesto deficitario basado en el incremento de la deuda?

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Existen diversas ópticas sobre lo que debe hacerse para que una economía vuelva a agarrar impulso después de una crisis. En especial, después de caer tantos puntos de manera global debido a la parálisis ocasionada por la pandemia de COVID-19. Lo que, si es indudable, es que los mercados requieren de dinero, de inversión y que, por razones obvias, corresponde al gobierno encabezar esos esfuerzos.

La visión de nuestra administración actual, se basa en la idea de que, al repartir de manera directa recursos a la población, se estará en automático distribuyendo la riqueza uniformemente por todo el país, de tal manera que quienes reciben esos recursos en forma de becas o cualquier otro tipo de apoyo, utilizarán ese dinero para consumir de manera local, lo que generará un efecto de bienestar en las comunidades, en especial las más pequeñas, en las que sus proveedores, incrementarán sus ventas y eso a su vez, repercutirá en los grandes distribuidores que verán incrementada la demanda de sus productos. Es un razonamiento económico lógico y sencillo.

Dice un dicho mexicano que “según el sapo es la pedrada”, y lo traemos a colación, debido a que esta semana, el presidente norteamericano Joe Biden, solicitó al Congreso de los Estados Unidos de Norteamérica, un presupuesto de 6 billones de dólares para “reinventar” la economía de Estados Unidos y competir con China que, de ser aprobado por el Congreso, encaminará al país hacia una deuda récord.

Al anunciar la iniciativa, Biden dijo que después de la pandemia Estados Unidos “no puede permitirse simplemente volver a como era antes”. 6 Billones de dólares, equivalen a 6 mil millones, y buena parte sería para un proyecto de ley de infraestructura de 2.3 billones, que podría reducirse a 1.7 billones en las negociaciones con el Congreso.

Otros 1.8 billones de dólares serían para incrementar el financiamiento estatal de la educación y los servicios sociales como parte de la construcción de una mejor fuerza laboral en el siglo XXI.

Evidentemente, de aprobarse la solicitud de Biden, llevaría a los Estados Unidos a adquirir un nivel de deuda aún superior a la de la Segunda Guerra Mundial, pero nos da cuenta de la intención del gobierno de ese país, de salir lo más rápido posible de los efectos negativos de la pandemia. ¿Podría eso significar que es una especie de bienestar artificial? Es posible, ya que los créditos se harán más asequibles, y la inyección de dólares a la economía generará una sensación de bienestar similar a la que se experimentó en los años 70´s en ese país.

¿Debería México aprobar un presupuesto deficitario basado en el incremento de la deuda? ¿Debería aprobar el Congreso un préstamo urgente para destinarlo a la creación de infraestructura para dinamizar nuestra economía? Parece difícil en el escenario actual, pero en mucho dependerá de la elección intermedia y de la maniobrabilidad que tenga el presidente para impulsar su visión de gobierno. Por lo pronto, busquemos respuestas observando los resultados de nuestros vecinos del norte.

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