Con la abierta intención de buscar la dirigencia del PRD en la Ciudad de México, Nora Arias Contreras acepta que la situación de su partido es difícil luego de la derrota electoral del año pasado, pero rechaza que esté en terapia intensiva y al borde la muerte.
Dice que quienes quieren verlo son los que tienen el encargo de acabarlo, precisamente porque saben que el perredismo sigue vivo y en espera de resurgir.
Para la ex jefa delegacional en GAM, lo que sí necesita el sol azteca es una reingeniería a fondo para renacer, pero confía en que hay con qué hacerla, pues asegura que si bien es cierto que se han ido algunos ex dirigentes, también lo es que sus equipos se quedaron.
Dice que los militantes no quieren dejar el partido, porque representa la auténtica opción de izquierda para los ciudadanos, pues los demás partidos – incluyendo a Morena- se han alejado de las políticas progresistas que siempre ha representado el PRD.
Sobre sus intenciones de buscar la dirigencia local, muy probablemente en junio o julio, la también ex diputada local asegura que ha tenido oportunidad de sondear esa posibilidad entre varios de sus compañeros y que es vista con buenos ojos.
También hace referencia a la importancia que le representa ser parte de la dirigencia de la agrupación Fuerza Democrática, pues aunque el sol azteca decretó la desaparición de las corrientes interna, representa para ella un buen apoyo territorial.
Sobre el hecho de que viene de una derrota dolorosa en su intento por repetir como gobernante en GAM, Arias Contreras asegura que la victoria en la ciudad –y en el país- fue de un solo hombre: Andrés Manuel López Obrador, que fue quien jaló a todos. Quienes digan que ganaron por sí mismos se engañan; fue el triunfo de un solo hombre, al que el PRD encumbró porque hizo doce años de campaña por él, y fue quien los derrotó en todos los frentes.
La ex funcionaria insiste en que a pesar de la derrota llega en buenas condiciones para pelear la dirigencia, “porque lo que no mata fortalece”, y además, porque quiere devolverle a su partido algo de lo mucho que le ha dado.
Sobre las críticas acerca de que en GAM se instauró una especie de gobierno imperial, en el que se pasaban la estafeta ella y su esposo, el diputado Víctor Hugo Lobo, la ex delegada dice que es una versión misógina del asunto, pues tiene 19 años trabajando en el partido.
Reconoce el apoyo de su pareja, pero aclara que antes de competir por cada puesto su partido la encuestó y el Consejo aprobó su candidatura no por pertenecer a un equipo, sino por ser la mejor opción.
No niega que la relación con Lobo ha sido muy importante, pero piensa que ha sido de mutuo respeto y que se han podido complementar como equipo, por lo que rechaza el calificativo de “pareja imperial” que muchos –incluso al interior- quisieron ponerles.
Nora confía en que logrará el consenso entre sus compañeros a la hora de pelear por la dirigencia local del PRD, y piensa que ya es hora de que una mujer tome de nuevo las riendas. Ella quiere y está dispuesta a entregarle todo su tiempo y esfuerzo para hacerlo resurgir.
