El viernes pasado, por los rumbos de la Condesa, los caciques territoriales del PRD capitalino tuvieron una encerrona con sus candidatos, incluyendo a Alejandra Barrales, aspirante al Gobierno de la CDMX.
La razón del encuentro fue que, a unas horas de que oficialmente arrancaran las campañas para alcaldías y diputaciones locales en la capital, el partido traía un desastre en los territorios, donde existía gran inconformidad interna.
Aunque en muchos de los líderes imperó la soberbia y la falsa idea de que con la pura estructura vencerán a Morena, hubo reflexiones en sentido contrario y se acordó ajustar tuercas y unificar esfuerzos. Desde cosas tan simples como alinear los colores de la campaña de Barrales con las de los aspirantes a alcaldes o diputados, hasta ver cómo es que van a coordinarse con sus aliados del PAN y del Movimiento Ciudadano.
Porque la verdadera campaña en la CDMX se inició ayer, y si los capitalinos pensaban que se iban a escapar de los espectaculares, pasacalles y mantas que cada tres años inundan las calles, pues que vayan despertando.
Se espera que a partir de hoy la coalición Por la CDMX al Frente despliegue una amplia campaña, por aire y tierra, para copar todos los espacios de la capital.
La maquinaria empezará a moverse y entonces sí se podrá ver cuál es la fuerza real de cada quien, porque hasta el momento el camino lo tuvo más o menos despejado Morena con la imagen de López Obrador, pero ya no.
Al menos el primer día de campaña oficial se notó que los morenos no están preparados y mucho menos unidos en cuanto a sus campañas, y que toda su estrategia gira en lo que El Peje les pueda aportar.
Cada quien jaló por su lado, con esfuerzos aislados, y hasta sorprendidos por lo que se les viene encima. Que nadie descarte que, además del embate de la maquinaria oficial, empiecen a salir a la luz pública algunos expedientes que permanecieron celosamente guardados, y que pueden pegar en la línea de flotación morenista.
Si los seguidores de El Peje quieren ganar la CDMX, éste es el momento de que muestren qué es lo que traen y no que estén esperanzados en que todo lo haga su candidato presidencial.
Porque si su campaña va a ser tan rupestre como los bloqueos que organizó ayer la aspirante morena en Álvaro Obregón, Layda Sansores, quien cerró Vasco de Quiroga con una veintena de personas y luego insultó a militares, pues, lejos de apoyo, van a conseguir rechazo.
Y es que en Morena no se ve cuál sea la línea de campaña del partido en la ciudad o quién la tire, porque ni Martí Batres y mucho menos Claudia Sheinbaum traen el control de sus compañeros.
Así arrancan las campañas: los morenos desorientados y sorprendidos, y los perredistas ajustando turcas con sus aliados.
CENTAVITOS… La madre de todas las batallas será en Iztapalapa y ahí midieron fuerzas Barrales y Sheinbaum; de arranque, quedaron empatadas en cuanto a convocatoria, pero Morena le echó toda la galleta ahí y en los otros lugares sus candidatos lucieron descubiertos, en cambio, el PRD cubrió todos los frentes… Por cierto, si las votaciones las ganara quien más trabaja, seguramente el primer lugar en la CDMX se lo llevaría Barrales, que todos los días encabeza eventos y recorridos mañana, tarde y noche por las calles de la capital… El segundo lugar tendría que ser para el priista Mikel Arriola, quien no canta mal las rancheras en eso de pedalear las calles capitalinas.
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