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Claudia llega sin operadores

Los ejes en los que concentrará sus esfuerzos iniciales son seguridad pública, procuración de justicia, movilidad, medio ambiente, combate a la corrupción y mejora de los servicios públicos.

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Adrián Rueda

Llegó la hora de la verdad para Claudia Sheinbaum Pardo y, ya instalada en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México, no se ve quién pueda ayudarla a llevar a cabo sus promesas de hacer de esta urbe una capital de vanguardia, segura y progresista.

Para realizar sus tareas, que hasta el momento no pasan de buenas intenciones, apostó por integrar un gabinete con la casi la mitad de investigadores, algunos de ellos ex compañeros de sus épocas de estudiante, pero nada más.

Los ejes en los que concentrará sus esfuerzos iniciales son seguridad pública, procuración de justicia, movilidad, medio ambiente, combate a la corrupción y mejora de los servicios públicos.

Muy bien, pero cómo le va a hacer y –lo más importante- con quiénes lo va a hacer.

Un ejemplo es la Secretaría de Movilidad, a donde llega el maestro Andrés Lajous Loaeza, egresado del famosísimo Instituto Tecnológico de Massachusetts, el mismo donde estuvo matriculado el ex presidente Ernesto Zedillo.

Blasones académicos le sobran al joven Andrés, pues igual se graduó en el CIDE y tiene otra maestría en la Universidad de Pinceton, ¿pero alguna vez habrá hablado con un líder de microbuseros o de taxis piratas?

Por supuesto que no y quienes conocen del tema saben que no es un asunto sencillo; es un tema de mafias y los títulos académicos no cuentan. Si Claudiase decidió por él, al menos debió proveerlo de un segundo de abordo que le haga el trabajo sucio.

Amante de la bicicleta, Lajous quiere impulsar ese sistema de transporte en la CDMX con la construcción de ciclopistas –nada nuevo, por cierto-, pero ¿qué más ofrece este jovenazo que resultó muy bueno para la escuela?

Otra área neurálgica para la CDMX es la Secretaría de Seguridad Pública, donde hasta un niño de kínder sabe que para que un policía le haga caso a su jefe, éste debe saber al menos pedir las cosas con propiedad: o sea, ¡a gritos, manotazos y hasta mentadas!

Los jefes de mano suave jamás han logrado controlar a la Policía y meterla en cintura, y si no que le pregunte a Hiram Almeida, a quien muy pocos recuerdan ahora, precisamente porque siempre fue un cero a la izquierda.

A Sheinbaumse le ocurrió que el economista del Tec y maestro en Administración Pública por la Universidad de Texas, Jesús Orta Martínez, sería el indicado para hacer trabajar al cuerpo policiaco más grande del país, pero también de los más corruptos.

Su único acercamiento con el tema de la Seguridad Pública fue en la Policía Federal, pero en el área de Planeación y Administración, y párenle de contar. Como si la Policía necesitara a un administrador y no a un operador.

Ante esas debilidades, quizá Sheinbaum puso a Tomás Pliego Calvo como coordinador del Gabinete de Seguridad y Justicia, y al periodista Salvador Guerrero Chiprés, ex comisionado del Info-DF, como presidente del Consejo Ciudadano del área.

Vaya par de grillos que le impuso a Chucho Orta, pues ambos tienen una bien ganada fama de dedicarle más tiempo a la grilla que al trabajo.

Y junto con pegado está la designación de Ernestina Godoy como procuradora de Justicia de la CDMX.

La diputada local con licencia tiene fama de ser una abogada de medio pelo, no tan mala, pero es pésima para coordinar. Y no se diga para dar órdenes, que es justamente lo que se necesita en un mundo lleno de agentes y ministerios públicos.

Porque Ernestinallega luego de fracasar en su intento de meter al orden a una treintena de diputados de Morena que deberían ser el bastión de Sheinbaum, y que a las primeras de cambio se les salieron del huacal.

Si con unos cuantos diputados locales no pudo, nadie quiere imaginar qué hará ante las mafias del crimen organizado, dentro y fuera de la Procuraduría de Justicia.

Algunos otros secretarios de Claudiason Jesús Antonio Esteva Medina, en Obras y Servicios; Héctor Villegas, Consejería Jurídica; Luz Elena Escobar, Finanzas; Almudena Ocejo, Desarrollo Social, y Gabriela Rodríguez, en Inmujeres.

También están Rosaura Ruiz, en Educación, y Myriam Urzúa, en el Centro de Atención y Gestión de Riesgos, antes Protección Civil.

¿Qué une a estos últimos funcionarios, se preguntarán algunos?

Pues que todos ellos son egresados de la UNAM; tuvieron puestos en la Máxima Casa de Estudios, y en el caso de Rosaura Ruiz, quien varias veces ha aspirado a la Rectoría, es integrante de la Junta de Gobierno.

Eso no tendría nada de malo si los nominados tuvieran experiencia de Gobierno, pues todo mundo sabe que no es lo mismo estar detrás del escritorio en un cubículo universitario, que andar por la calles de la una capital tan complicada como esta.

Empezando por la propia jefa de Gobierno que, si bien fue secretaria del Medio Ambiente con Andrés Manuel López Obrador, y más recientemente delegada en Tlalpan, carece de experiencia en el manejo del Gobierno, donde además no ha dado resultados.

Llegó al cargo por el dedazo de El Pejey sin equipo que la respaldara, por la sencilla razón de que los pocos funcionarios morenos con algo de capacidad se fueron al Gobierno Federal y le dejaron a ella la pedacería.

Quizá por ello se refugió en gente proveniente de la academia, pero con la desventaja que están más verdes que ella y ahí sí hay que ver cómo le hace para que las áreas de su administración funcionen, porque no es nada sencillo.

No conocen –o si los conocen no saben cómo tratar con ellos- a los grupos de poder dentro y fuera del Gobierno, que pueden ser desde sindicatos, hasta proveedores y concesionarios de diversos servicios que pueden paralizar la ciudad en un abrir y cerrar de ojos.

Por esa razón era indispensable que colocara en cada secretaría al menos a un par de operadores políticos que ayudaran a los titulares a aprender con rapidez, pues los morenos estarán bajo la lupa ahora que son Gobierno y prometieron el paraíso.

La única pieza que tiene tablas para meter mano en la capital es su secretaria de Gobierno, Rosa Icela Rodríguez, periodista de profesión pero con amplia experiencia en la administración pública, pero que difícilmente va a poder con todo.

Las apuestas son a que antes de que termine el primer año de su Gobierno, Claudia haya hecho más de un ajuste en áreas importantes, si no quiere fracasar estrepitosamente, aún con el apoyo de López Obrador.

Por lo pronto, arranca con equipo enclenque.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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