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Investigación

Como Asamblea de Ciencias, todo a consulta popular

Hoy comienza a recular, a jugar a la gallinita ciega, y lejos de tomar una decisión con la legitimidad en la espalda, quiere que el voto “sabio” del pueblo, “porque el pueblo no se equivoca”, decida sin conocimiento lo que él y su equipo deberían resolver.

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Hugo Morales Galván

Parece Asamblea de Ciencias, decía uno con sorna cuando la toma de una decisión se entrampaba por la intransigencia de las partes en alguna reunión, y todo se quería dejar a un largo y gastado debate para terminar votando a mano alzada. Las discusiones eran feroces y las acusaciones, igual. Reformista, agente del Estado, esquirol, gobiernista. De todo cabía para descalificarse unos a otros. Al final la manita levantada votaba y resolvía, sin escrutadores ni nada. A democracia pura, decían.

Ni qué decir de una huelga estudiantil. Se nombraba un Comité de Huelga, que era decorativo porque a pesar de haber sido electo con la mayoría de votos de las y los estudiantes en una asamblea, no era capaz de tomar decisiones. Los discursos combativos frente a las autoridades para negociar y adoptar decisiones, terminaban con un lacónico: lo voy a consultar con la Asamblea.

Y así. Si estallaba la huelga, la asamblea mandataba a su Comité de Huelga un pliego petitorio a negociar, y acordaba cuáles eran los irreductibles. Llegado el momento de negociación con las autoridades, la historia se repetía, llevarlo a consulta con las bases.

Así parece el Presidente Electo Andrés Manuel López Obrador y sus más de 30 millones de votos que sufragaron a su favor, animados por un conjunto de promesas de campaña.

Hoy comienza a recular, a jugar a la gallinita ciega, y lejos de tomar una decisión con la legitimidad en la espalda, quiere que el voto “sabio” del pueblo, “porque el pueblo no se equivoca”, decida sin conocimiento lo que él y su equipo deberían resolver.

López Obrador y su séquito variopinto comienza a zarandearse con la realidad. Su terca oposición a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) y la denuncia de corrupción que conllevaba, le sirvió para golpear y desgastar al gobierno de Enrique Peña Nieto.

Pero hoy, habiendo negociado y habiéndose sometido al gran capital inversor del NAICM, da marcha atrás. Su propuesta de Santa Lucía no camina más. El Consejo de Hombres de Negocios y el próspero empresario Carlos Slim, le acompañan en su decisión de seguir con el NAICM cuyo inicio de operaciones será, si bien nos va, hasta el año 2022.

Una consulta nacional resolverá el futuro del NAICM. Es decir, personas de todas las latitudes del país y que en su gran mayoría ni serán beneficiadas ni tampoco resentirán el daño al medio ambiente y a la ecología que generará esta magna obra, podrán votar y legitimar la decisión que López Obrador se niega a adoptar.

En mayo pasado, Claudia Sheimbaun expresó su rechazo a la construcción del NAICM. “Tengo una posición que hemos construido conjuntamente para el país y la Ciudad, estoy convencida que Andrés Manuel López Obrador va a ser presidente de México y va a ser muy fácil la decisión y el tema es que se conserve el aeropuerto actual y que se construya un aeropuerto ligado en (la base militar de) Santa Lucía y que se pare el proyecto del nuevo aeropuerto que no es de la Ciudad de México sino del Estado de México. Esto porque tiene muchos problemas técnicos, aun cuando lleva cierto avance, va a tener problemas gravísimos de mantenimiento y operación porque es una zona que se está hundiendo, zona arcillosa que tiene hundimientos diferenciales. Además, se está generando un impacto ambiental que se podría catalogar como ecocidio, porque se desecó el lago Nabor Carrillo, que era un espacio en donde las aves migratorias llegaban y hoy no están llegando, para poder rellenar el terreno se han hecho minería de material en lugares cercanos que generan gravísimos impactos ambientales y que no van a parar por las características del suelo en ese aeropuerto se van a tener que seguir nivelando y por otro lado es el impacto económico de la Ciudad al quitarle el aeropuerto a la Ciudad de México”.

Hoy, sin embargo, su autonomía intelectual no da más que para acepar la decisión de AMLO, incapaz de contradecirlo. En igual sentido, apenas en marzo pasado, Alejandro Encinas decía que “detrás del NAICM hay un gran negocio: construirlo será un gran error”, y señaló el conjunto de daños colaterales sociales y ambientales, si proseguía la obra.

Huelga decir que la Jefa de Gobierno de la CDMX Electa y el futuro Subsecretario de Derechos Humanos de la Gobernación, guardan silencio. El patriarca habló, y guardar silencio es su obligación. Así es la democracia en su cultura democrática. Y votaron por ellos. Se los dijimos.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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