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CRIANDO CUERVOS / Aceptar lo inaceptable

Después de darse a conocer la declaración conjunta que hicieron ambos gobiernos tras tres días de sentarse a la mesa, varias consideraciones salta a la vista…

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Javier Ramírez

Acorralada, sin opciones, y con el tiempo en contra, la delegación de funcionarios mexicanos que viajó a Washington para evitar la imposición de tarifas arancelarias a todas las exportaciones de México hacia Estados Unidos, y que estuvo encabezada por el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, terminó por aceptar lo inaceptable.

La suspensión de los aranceles sin duda le devolvió la respiración a la administración del Presidente López Obrador, pues su aplicación significaba la debacle económica para el país, y el principio del fin de la cuarta transformación.

El mal llamado acuerdo entre Estados Unidos y México, y que ha sido presentado como un triunfo del gobierno, y para la Nación, es más bien un manual de lo que debe hacer las autoridades mexicanas, sino querían la sanción arancelaria.

Después de darse a conocer la declaración conjunta que hicieron ambos gobiernos tras tres días de sentarse a la mesa, varias consideraciones salta a la vista.

La primera es que Ebrard sí fue eficaz, pues logró evitar la imposición arancelaria, pero olvidó defender la dignidad, como había dicho 48 horas antes de cerrar las negociaciones.

En el documento acordado, Trump logró imponer sus condiciones y prácticamente dicta al gobierno de López Obrador cómo quiere que sea la política migratoria del país.

Y aunque el canciller utilice un sin fin de eufemismos para no reconocer que el gobierno federal se plegó y será el tercer país seguro donde esperarán los migrantes el proceso de autorización de asilo para ingresar a Estados Unidos, en la práctica México lo es desde que aceptó el mencionado acuerdo.

“Los Estados Unidos extenderán de manera inmediata la instrumentación de la sección 235(b)(2)(C) a lo largo de su frontera sur. Ello implica que aquellos que crucen la frontera sur de Estados Unidos para solicitar asilo serán retornados sin demora a México, donde podrían esperar la resolución de sus solicitudes de asilo.

“A su vez, por razones humanitarias y en cumplimiento de sus obligaciones internacionales, autorizará la entrada de dichas personas mientras esperan la resolución de sus solicitudes de asilo”, se lee en la declaración conjunta.

Y como si eso fuera poco,  “México ofrecerá, -quien sabe de dónde y cómo, porque ya se las ha quitado a miles de connacionales-, oportunidades laborales y acceso a la salud y educación a los migrantes y sus familias mientras permanezcan en territorio nacional, así como protección a sus derechos humanos”.

Pero además, el gobierno mexicano aceptó hacer en territorio nacional lo que siempre ha querido, pero nunca ha logrado Trump con su frontera sur: militarizarla.

Seis mil efectivos están desde el inicio de la semana apostados en todos los municipios fronterizos al sur del país.

Que será la Guardia Nacional la que se encargue de la vigilancia y protección de los puntos de entrada de Centroamérica hacia México es pura retórica, pues en realidad, y todo mundo lo sabe, son soldados y marinos.

Y de manera aún más indigna, Ebrard tuvo que pedir desde Washington que se realizaran muestras de que su palabra tenía valor.

Fue entonces que se ejecutaron las órdenes de aprehensión en contra de líderes de la organización Pueblos Sin Fronteras, les congelaron sus cuentas bancarias e inició el endurecimiento de la vigilancia a los migrantes en Chiapas.

Piquete de ojos

Ojalá que en privado el gobierno de México analice con seriedad y objetividad el resultado de las reuniones del canciller con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, así como con su homólogo en aquel país.

Primero erraron al enviar una misión diplomática-comercial, y no pudieron anticipar que el tema migratorio era y fue, el único interés de los Estados Unidos.

A menos, claro, que Ebrard, maquiavélico como es, quisiera inmiscuirse en temas de la secretaria de Gobernación, y a su vez girar instrucciones al secretario de Seguridad Pública para el inmediato despliegue de la Guardia Nacional en Chiapas.

Pero una mejor estrategia deberán tener lista para el siguiente embate de Trump, pues su amenazante estrategia tuvo el éxito que esperaba, y el tráfico de drogas es otro asunto que le resulta sumamente redituable en época de campañas electorales.

Así que nadie se diga sorprendido cuando desde Washington nos enteremos que siempre no ha terminado la guerra contra las drogas, y se decidió ir a la caza de los líderes de los cárteles del narco, y ya no esperar a que se porten bien.

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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