Javier Ramírez
En poco menos de un mes habrá dejado Porfirio Muñoz Ledo, o quizá no, la presidencia de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.
El tema seguramente generará mucha polémica en San Lázaro, y ha ocasionado que a la ley orgánica de la Cámara de Diputados cada quien la lea como le conviene.
Dicha ley establece que la elección de los integrantes de la Mesa Directiva para el segundo y tercer año de ejercicio recaiga, en orden decreciente, en un integrante de los dos grupos parlamentarios con mayor número de diputados, y que no la hayan ejercido.
Es decir, le tocaría al PAN y hasta aquí está conforme, Marko Cortés, su presidente nacional, ha resaltado que legítimamente les corresponde ocupar la presidencia de la Mesa Directiva y que no cederán a ello.
Sin embargo, omiten que quien sea postulado para ese cargo, tiene que alcanzar mayoría calificada en votación del pleno, es decir, dos tercios de los diputados presentes.
Por ello Muñoz Ledo ha expresado, cada que se le inquiere sobre la posibilidad de que continúe en el cargo de presidente de la Mesa Directiva, que quien decide será el pleno, y tiene razón.
Se le ha preguntado si quisiera continuar en el cargo, y con el eufemismo de que él estará donde la Patria lo decida, evade una respuesta contundente.
Ante la posibilidad que en esa votación no se logre mayoría calificada, entonces la actual Mesa Directiva continuará en funciones hasta el día 5 de septiembre “a fin de que se logren los entendimientos necesarios”.
De llegar a este punto no está claro qué sucederá en caso de no alcanzarse esos entendimientos.
Posiblemente se aduzcan acuerdos alcanzados en el interior de la Junta de Coordinación Política para sacar adelante a la nueva Mesa Directiva del segundo año de la LXIV legislatura.
Lo cierto es que Muñoz Ledo ha ido sumando apoyos, particularmente de los partidos que forman la alianza Juntos Haremos Historia.
Pero a lo largo del primer año también hubo muestras de apoyo de la oposición, por lo menos temporalmente, pues en más de una ocasión ha sido vitoreado y su presencia solicitada a gritos ante la errática conducción que ha realizado su compañera Dolores Padierna.
Sin embargo, ello no significa que vayan a darle el voto para que repita otro año al frente de la presidencia de la Mesa Directiva.
Por ello, las severas críticas que dirigió a la política migratoria del gobierno federal tras los acuerdos del 7 de junio en Washington fueron vistos como guiños a la oposición.
Y otro elemento con el que tendrá que sortear el experimentado político y que finalmente podría cerrarle el camino para repetir en el cargo, es el frente que están armando algunas legisladoras, que aglutinaría a representantes de todos los partidos, para que sean ellas quienes asuman los cargos de toma de decisiones.
Buscan que las mesas directivas tanto en San Lázaro como la de senadores sean presididas por ellas.
Así que Muñoz Ledo aún tiene algunos escollos que librar si es que pretende detentar de nuevo el máximo cargo en la Cámara de Diputados.
Por lo pronto, ya salvó el primero y el más importante, estar pleno en salud luego de la cirugía de vesícula a la que tuvo que someterse.
Piquete de ojos
Para el manual de lo que no debe hacerse quedarán las decisiones del PAN en Baja California, y que ahora costaron una curul plurinominal en el congreso local.
Resulta que en el último día de la XXII legislatura del congreso de aquel estado, el pasado 31 de julio, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación les “quitó” una diputación para dejarlos con una minúscula bancada de tres diputados.
Claudia Ramírez tenía su constancia como diputada plurinominal panista, y a horas de protestar y estando ya en pleno del congreso local, fue notificada de la resolución de la Sala Superior que le quitó su lugar.
Pero lo grave no termina ahí, sino que la fórmula, registrada por Acción Nacional y a la que le dieron su lugar, está encabezada por Trinidad Vaca, una de las diputadas del PAN que avaló la ley Bonilla.
Pero el terrible error de los blanquiazules no acaba ahí, sino que Vaca, además, ni siquiera es militante panista, pues sólo contendió con esas siglas
Es decir, Vaca perdió la reelección que buscaba pero ganó en tribunales ser diputada plurinominal en la nueva legislatura, y aunque registrada por el PAN, todos saben que está con Morena.
