Por Pedro Flores
Si bien en el 2012 Andrés Manuel López Obrador solicitó que se revisara voto por voto, en 1519 Cristóbal de Olid hizo lo mismo con Hernán Cortés, luego de que éste se erigió como Capitán General de la Nueva España.
Esta situación tuvo como antecedente la picardía de Hernán Cortés, luego de llegar el 10 de Junio de 1519 a un lugar conocido como Chalchihuecan, zona que bautizó como la Villa Rica de la Vera Cruz, nombre con el que se conoce hasta la fecha, en donde una vez asentado establecería el primer ayuntamiento que se tiene memoria en Latinoamérica.
Para el Capitán General Hernán Cortés no todo fue miel sobre hojuelas, ya que él dependía del Diego de Velázquez, quien fungía como Gobernador de Cuba, y que por tanto el citado funcionario se llevaría la gloria de todos sus logros, lo cual no le hacía ninguna gracia.
Al crear un ayuntamiento se hizo necesario que alguien estuviera al frente del mismo, por lo que Cortés renunció al cargo de Capitán General de la expedición que había de Cuba, convocó a elecciones y resultó electo Capitán General del nuevo municipio, con lo que se deslindaba del poder de Velázquez.
Y como nos narran los libros de Historia, mandó quemar los barcos, dejando sólo uno, en el regresaron a España Juan Montejo y Pedro Portocarrero para informarle al Rey que ahora el Capitán General de la Nueva España, Hernán Cortés, trabajaría para Su Majestad sin intermediarios.
Obviamente, Velázquez gritó “¡Fraude, fraude!”, y mandó a Pánfilo de Narváez para asesinar a Cortés, pero éste le ofreció un “gobierno de coalición” y Narváez traicionó sus ideales y se alió al nuevo mandatario junto con sus hombres, y de esta forma se mantuvo el “orden y la seguridad” para todos.
El historiador español Tomás Plata, en un documento denominado “Verdadera y Fidelísima Historia de la Elección de 1519”, señala que Cortés mandó llamar a los soldados y capitanes, a quienes dijo: “Señores, sabéis que antes partiremos a la guerra y pido que decidáis quién debe mandar esta expedición; os prometo que con la ayuda de Dios y la Virgen de los Remedios os daré más riquezas, oro, títulos y más tierras de las que habéis soñado; sólo elijan un capitán general, representante del cabildo de la Vera Cruz.”
El cronista señala que la soldadesca se quedó perpleja ante una petición ilógica; como el capitán general les solicitaba que votaran por un capitán general, se manifestó un prolongado silencio, como respuesta a tan inusual petición.
Dicha situación originó el enojo de Cortés, a cuyas venas se saltaban, y la cara se le puso roja, para emitir un grito: “¡Coño de mierda, ¿les es tan difícil de entender?, elijan capitán general!”, para luego caer en el suelo y retorcerse como poseído, al grado que muchos soldados se asustaron y se santiguaron -agregó el historiador-, quien agregó que luego de levantarse cortés volvió a gritar: “¡Que no podéis votar por mí nada más, me cago en la luna!”, y con la espada en la mano agregó: “sólo digan sí”, y dijeron “siiiiií”.
Pero fue Cristóbal de Olid quien rechazó las elecciones y las calificó de fraudulentas, y junto con otros expedicionarios se fue a “conquistar” Centroamérica, desafiando a Cortés y advirtiéndole que se quedaría con todo lo obtenido en sus batallas y envió una carta al Rey informándole que Cortés se quedaba con más oro del que declaraba.
De Olid, “casualmente”, fue degollado en Naco Honduras, se dice que fue por orden de Cortés, quien negó que fuera un asesinato político y explicó que en Centroamérica así curaban a quienes se les atragantaba la comida.
