Gerardo Jiménez
Más de un mes y es el mismo discurso de la Procuradora General de Justicia de la Ciudad de México, Ernestina Godoy: “ya casi tenemos resuelto el caso… Estamos afinando algunas entrevistas y pronto se los daremos a conocer…”.
Esas son las respuestas evasivas cuando reporteros le preguntan a la titular de la PGJ capitalina sobre el homicidio de Leonardo Avendaño, diácono de la Parroquia Cristo Salvador y en el mismo tenor para el homicidio y secuestro de Norberto Ronquillo.
También se confiaba que con la llegada del “mejor policía de México”, como definió Godoy al titular de la Policía de Investigación, Omar García Harfuch se resolvieran los pendientes en ambos casos y se diera puntual respuesta a los deudos pero sobre todo, a los ciudadanos.
A inicios de esta semana, se programó un nuevo encuentro con García Harfuch y Norelia Hernández, madre de Norberto Ronquillo.
Esta mujer, a pesar de todo el dolor y el miedo que tiene, ha dado el beneficio a las autoridades capitalinas, pero como ella misma ha dicho, se entera mejor por la prensa que por la PGJ de los indicios que indagan las autoridades judiciales.
En entrevista con Excélsior comentó que solo ha tenido acceso a la carpeta de investigación iniciada en la Fiscalía de Xochimilco, después de que el cuerpo del joven estudiante fue encontrado en un paraje de esa jurisdicción y únicamente sabe de los indicios recabados por la Fuerza Anti Secuestros, cuando inició la indagatoria formal.
“La carpeta la hemos visto hasta la primera parte que fue luego, luego que yo regreso de Chihuahua y que en realidad no hay una investigación, hay entrevistas, hay información general, pero no hay una investigación formal hasta ese momento”, expuso Hernández.
La madre de Norberto piensa que este atraso se debe al cambió del titular en la Fiscalía para la Atención del Delito de Secuestro, pero señala que se ha dado el tiempo necesario a la PGJ local, para que se ofrezca un resultado, mientras que solo conoce de los detalles que se dan por las filtraciones de la investigación.
Pero además, escuchar la voz de una madre que exponga que a raíz de esta tragedia la vida les ha cambiado a todos en su familia. Tratan de seguir, pero el miedo de que la historia se repita es latente.
“Haga de cuenta que el mundo le cambia y luego empieza a desconfiar y empieza ver moros con tranchete y mi hijo por ejemplo sale y si tarda 10 minutos ya le estoy hablando: ‘Aarón, ¿por qué no me marcas?’, ‘mamá estoy bien’. Créame que nos ha cambiado la vida…. Vamos manejando ‘y ese carro, ya tiene mucho detrás de nosotros y pásate al oro carril’. Créame que es algo que no se lo deseo yo a nadie”.
No obstante, Norelia dice que todavía confía en la dependencia que encabeza Ernestina Godoy, quiere una verdadera investigación, no desea chivos expiatorios, ni tampoco respuestas a medias, por lo que está dispuesta a entender la espera, pero sí, es necesario que le abran la carpeta de investigación sobre la muerte de su hijo.
“Yo le dije a la procuradora, que no me importaba que se tardaran un poquito más, pero sí quiero una investigación. Yo no quiero que vayan a cuadrar y vaya a estar un inocente pagando culpas que no son”, ha comentado esta mujer.
Días antes, el padre de Norberto, del mismo nombre manifestó su temor de regresar a la Ciudad de México e iniciar su investigación y que le pueda suceder lo mismo que a su hijo: la muerte.
“Tengo miedo que en una Indira para allá me pase lo mismo que a mi hijo, quiero justicia”, dijo Norberto en entrevista radiofónica.
Ahora, la familia ha determinado unirse y tratar de encontrar esas respuestas que merecen de manera conjunta.
Serán días de definiciones no solo en el caso, se ha vencido el plazo para la paciencia y el argumento de que una investigación no se puede hacer en tres días o una semana, quedo rebasada, es más de un mes y no hay responsable de la muerte de este joven.
