Gerardo Jiménez
En los recientes casos violencia ocurridos en los últimos dos meses en la Ciudad de México, como el secuestro y asesinato de Norberto Ronquillo o el homicidio del diacono Leonardo Avendaño y la lamentable desaparición de Daniel Ramírez, es sabido que los medios deben responsabilizarse del manejo de la información, con el fin de no re victimizar a los implicados.
Pero qué pasa cuando el retraso, en estos casos, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, más que ofrecer una respuesta científica y de la verdad jurídica le apuesta, solo tal vez, al olvido o a “bajarle” el impacto mediático provoca que se busque algún avance o filtración con el fin de desvelar datos que no se quieren hacer públicos.
Sin duda, deben se ser corroborados y manejados con ética, es obligado como mínimo requisito.
Sin embargo, cuando organizaciones civiles o personajes que se escudan en esta bandera cometen abusos y ataques como el ocurrido el jueves pasado a las afueras del bunker de la PGJ capitalina, cuando un reducido grupo de manifestantes llegó a exigir que las autoridades judiciales proporcionaran un informe del caso Daniela, incluso, un hombre identificado como Sergio González, activista de la colonia Juárez se hizo pasar por tío de la víctima.
Y luego, de una serie de gritos y ataques directos a los reporteros, generalizando que todos habíamos filtrado imágenes de una osamenta encontrada días antes en el poblado de Parres el Guarda, donde existía la presunción de que se trataba de esta joven, González lo afirmó, haciéndose pasar como tío de la víctima.
Sin tener la confirmación oficial de la Procuraduría General de Justicia capitalina, este supuesto familiar de Daniela Ramírez, quien no quiso identificarse en ningún momento, aseguró que una de las osamentas encontradas correspondía a su familiar.
“El día de ayer, nosotros como familiares pudimos reconocer también su dentadura y su trabajo dental que s ele había hecho, a través del dentista que es mi tío y que es muy cercano a la madre de Daniela y corroboramos que si se trata de Daniela, aunque la Fiscalía no nos lo haya dicho formalmente”, expuso el presunto familiar de Daniela Ramírez, quien omitió dar su nombre.
Ese día en la dependencia que encabeza Ernestina Godoy se confirmó que los padres de la joven se habían deslindado de esta manifestación.
Mientras que la titular de la PGJ señaló que aún no se tiene la certeza científica de que dicha osamenta corresponda a la joven de 18 años.
“Vamos a esperar los resultados de las pruebas periciales, de genética, de ADN, dentales y cuestiones antropológicas, que tardarán entre 10 y 15 días”, a fin de comunicar, con certeza, si se trata de ella, pues las identificaciones encontradas en el sitio no corresponden”, dijo Godoy en entrevista.
Horas más tarde, la madre de Daniela, joven secuestrada en un taxi, negó que los restos hallados fueran de su hija; ella espera el peritaje hasta el momento y los resultados de genética que fueron practicados.
Las redes sociales desnudaron a este personaje que envalentonado con acusaciones y exigencias contra las autoridades judiciales, fue señalado como un ciudadano más de la colonia Juárez que forma parte de un colectivo vecinal, y también ha sido visto en movilizaciones contra Seduvi.
Menudo favor hacen estos personajes para resolver estos casos y la poca credibilidad que construyen en unos minutos se va.
Tampoco generalizamos a las valientes organizaciones civiles que han servido para ejercer presión y lograr que casos como el de Marco Antonio Sánchez Flores fueran investigados y se exhibiera el abuso policial contra un estudiante que resultó gravemente afectado.
Gracias al acompañamiento que hizo durante los momentos más críticos en el caso, Juan Martín Pérez García, director ejecutivo de Red por los Derechos de la Infancia en México (REDIM), con larga trayectoria en el tema de derechos humanos a favor de grupos vulnerables, se tuvieron avaneces considerables.
Este es solo un ejemplo, del poder y seriedad de los grupos y organizaciones de la sociedad civil, que deben ser ejemplo para personajes como Sergio González.
