Gerardo Jiménez
En el Encuentro Nacional para la Construcción de Paz y Seguridad, después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador señaló que dentro de los cuerpos policiacos federales “no se ha sabido pintar la raya”, ni tampoco ha “habido una frontera entre la autoridad y la delincuencia”, había llegado el momento de unión entre todas las corporaciones para llevar la tranquilidad al país.
En esa parte de su discurso se esperaba que el jefe del Ejecutivo diera detalles del presupuesto para mejoras, equipamiento, capacitación y aumento en los sueldos, pero no, por el contrario, basándose en una anécdota ocurrida en Veracruz donde agentes rechazaron un cañonazo de dinero para dejar en libertad a criminales y al negarse vinieron las amenazas por la negativa, López Obrador, reconoció la actitud, pero a manera de sentencia dijo: “pobreza, pero no deshonra…”.
Esta frase se interpretó de diferente manera entre los cientos de militares de rango, policías federales, elementos de la Marina Nacional y hasta policías presentes, ya que la deshonra no da de comer a sus familias, ni tampoco para las balas de la delincuencia organizada.
También en este evento, Alfonso Durazo Montaño, secretario de Seguridad Pública Federal defendió a capa y espada la conformación de la Guardia Nacional, asegurando que no se daría ninguna militarización en el país.
“Quienes critican la iniciativa de la Guardia Nacional bajo el argumento de la supuesta militarización del país, pretenden convertir su preocupación en una irrefutable certeza, esa preocupación se debe mucho al merecido recelo histórico de la ciudadanía hacia los anteriores gobiernos por su hipocresía de falsedad. Ello, se ha vuelto terreno fértil para la incredulidad hacia las decisiones del gobierno y para la construcción de escenarios hipotéticos”, atajó Durazo.
El ex secretario particular de Luis Donaldo Colosio señaló que la Guardia Nacional estará bajo el mando directo del Poder Ejecutivo Federal, pero estará adscrita a la Secretaría de la Defensa Nacional y el mando operativo recaerá en un militar. Su misión será el mantenimiento del orden público y garantizar la seguridad de las y los mexicanos.
No obstante, habrá 150 coordinadores que no necesariamente serán militares y que tendrá que rendir a diario reportes de la incidencia delictiva, esto según, lo dicho en los primeros comentarios escuchados al término del encuentro, dudas y sobre todo, que los integrantes de los cuerpos de la Guardia Nacional no quieran regirse a un mando que no proviene de su corporación de origen.
“En las distintas coordinaciones, las decisiones se deberán tomar de manera conjunta, ser atendidas por el mando operativo de la coordinación que como sabemos recaerá en un militar o bien en un marino, dependiendo de la ubicación geográfica de la coordinación estatal”, así lo planteado por Durazo.
El objetivo de tener un solo mando es precisamente que todo sea una operación coordinada, que ninguna fuerza de seguridad federal actúe por su lado, pues en un principio puede ser todo lo contario, nos aseguraron mandos federales.
Este lunes, en el Colegio Militar iniciaron mesas de trabajo por estados para alinear la estrategia de seguridad pública nacional; generar una total coordinación institucional entre los responsables de aplicarla; imponer orden en todos los cuerpos de seguridad federal para que actúen de manera coordinada y bajo un mando operativo único.
Muy buenas intenciones, habrá que ver hasta donde se concreta dicha coordinación y hasta donde se cumple con el tiempo de margen acierto-error en esta nueva corporación, ya que el trabajo e inteligencia realizada por grupos de elite como la Marina, serán dejados de lado, el propio López Obrador ya dijo que la misión de la Marina será cuidar y vigilar las costas, ya no habrá motivo para que patrullen estados como Durango.
Aquí en la Ciudad de México, la Policía Federal ya fue incorporada al gabinete de seguridad pública, el reto, es si se controla en corto tiempo el narcomenudeo o si crecen los grupos del crimen organizado ante el botín y posicionamiento que representa la capital del país para el narcotráfico.
