Hugo Morales Galván
La crisis de seguridad pública que vive la Ciudad de México (CMDX) tiene ya un salvador: un funcionario policial cuyos antecedentes lo vinculan con la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, y que recién fue despedido (“renunció”) como director de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía General de la República (FGR).
Hacen falta explicaciones. Una, las razones por las que Claudia Sheinbaum nombró como director de la Policía de Investigaciones (PI) a Omar Hamid García Harfuch, en cuyo currículum, ampliamente difundido, es señalado como un joven exitoso, responsable de haber capturado a los líderes de La Unión Tepito, La Fuerza AntiUnión, y al enlace del Cartel de Jalisco Nueva Generación en la CDMX.
Sheinbaum debe de explicar su decisión. La desaparición de los 43 normalistas es atribuida al grupo delictivo “Guerreros Unidos”, cuyo dirigente Sidronio Casarrubias fue detenido en octubre del 2014. Al momento de su captura, le fue confiscada una libreta negra con portada de Los Beatles. En el directorio aparecía el dato: “Omar García Harfuch, El Comisario de Gro. 5526-73-81-10”.
García Harfuch fue Coordinador Estatal de la Policía Federal desde el 2012 hasta octubre del 2014. La libreta no fue incorporada a la investigación oficial ni a la indagatoria del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), a quienes se les ocultó el documento.
No se ofreció ninguna explicación de por qué el nombre del funcionario policial figuraba en el directorio de el líder de “Guerreros Unidos”. Podría decirse que pudo haber sido una anotación sin importancia. Pero esa lógica no aplica en este caso porque la desaparición de los normalistas puso al descubierto la colusión de los tres niveles de gobierno, de las corporaciones policiales y castrenses, con el crimen organizado al que le brindaban protección en el trasiego de amapola hacia Estados Unidos.
El teléfono de García Harfuch no fue una anotación al azar. Como tampoco lo fue que la PGR ocultara el dato.
Todavía el 24 de mayo del 2017, el diario El Economista, reportó que la PGR continuaba con la carpeta de investigación contra Omar Hamid y otros mandos de la Policía Federal, Estatales y Municipales “por su supuesta relación con Sidronio Casarrubias Salgado, ex líder de Guerreros Unidos, vinculado a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa”.
Falta también por escuchar la versión del fiscal General Gertz Manero, quien lo separó del cargo. Si Omar Hadid es el gran policía que ha resuelto grandes casos de secuestro y detención de ex gobernadores y de líderes del narcotráfico en la CDMX, ¿por qué deshacerse de él? ¿Por qué lo obligó renunciar? ¿Sheinbaum le tomó opinión al Fiscal General de la Nación? ¿Se trató de un enroque planificado, y consultado con el presidente Andrés Manuel López Obrador? Si es así, ¿por qué no decirlo?
Pero si así fuera, el Gobierno Federal también tendría que ofrecer una explicación. Al haberse comprometido ante los padres de los 43 que haría otra investigación, reinstalando al GIEI, y que bajo responsabilidad de Alejandro Encinas, el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación, serían hallados y los culpables castigados, ¿cómo es que para la seguridad de la CDMX se designa a un funcionario que por acción u omisión –relevancia del cargo—contribuyó en la desaparición de los normalistas?
El hijo de Javier García Paniagua, ex director de la temible Federal de Seguridad, y nieto de Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional, cuando sucedió la masacre de 1968, tuvo un ascenso meteórico. La revista Proceso, documentó que, a su llegada a Guerrero en diciembre del 2012, tenía apenas 30 años y cinco de haber ingresado en la PF donde fue contratado como Jefe de Departamento de Coordinación de inteligencia, sin más experiencia que haber sido gerente general de la Red Inmobiliaria del Ángel, como supervisor de obra de junio del 2003 a junio del 2008.
Un cable de Wikileaks citado por el semanario (142144Z) indicó que el 9 de diciembre del 2009, la Embajada estadounidense en México pidió al Secretario de Estado investigar los antecedentes de 12 agentes federales mexicanos, entre ellos García Harfuch. La Narcotics Affair Secttion (NAS) investigó. No se saben los resultados.
¿Qué dirán los padres de los 43? ¿También dirán a Claudia, no están sola?
