Mauricio Flores
De entrada no hay dinero, ni un peso, en el Presupuesto de Ingresos y Egresos de la Federación 2019 y lo poco que se realiza se hace a cuenta de los recursos que llegaron ya de por sí reducidos a las dependencias. El traslado de la mayoría de las oficinas federales a los estados es por ahora más una propuesta que una realidad y a juzgar del ritmo de crecimiento de los ingresos públicos y el tipo de gasto que se efectúa en la #4T, se puede determinar que lo que se lleve a cabo será muy diferente a los planeado originalmente por lo que la CDMX seguirá como sede de las secretarías de estados cuando menos otros tres años.
Un evento que la muestra a diferencia entre el plan y la realidad es el caso de Pemex, cuyo plan era moverse a Campeche dado que los principales yacimientos e instalaciones petrolíferas del país se encuentra en esa zona del Golfo de México. Hoy por hoy se mueven hacia Isla del Carmen las oficina de unos 150 directivos de la división de Pemex Exploración y Producción (PEP) luego de que en octubre pasado se habían hecho planes para que la totalidad de las oficinas centrales hoy ubicadas en la Colonia Anáhuac de la Ciudad de México, se trasladaran hacia su nuevo domicilio costeño con todo y 10 mil empleados y para lo cual se empezaron a revisar una docena de edificios que pudieran albergar a ese número de trabajadores. Sin embargo, el plan por ahora es mucho más modesto en términos numéricos pero no así en términos de valor: el traslado de esos directivos clave de la división (efímeramente a cargo de Miguel Ángel Lozada a quién se le relacionó con la llamada “Estafa Maestra) exigirá a los proveedores y contratistas de la petrolera desplazar a Campeche ejecutivos que anteriormente se instalaban en Anzures y Polanco. De hecho, el gobernador Alejandro Moreno ya realiza gestiones con empresas inmobiliarias, comerciales como City Market de Comercial Mexicana, así como con las cadenas de exhibición de cine como Cinépolis y Cinemex, para que presten sus servicios en Isla del Carmen e Isla Aguada ante la migración de una población que estila un forma de alto de consumo y entretenimiento.
Por su lado, el plan de trasladar la Secretaría de Educación a Pueblas se ha quedado en el traslado figurativo de la oficina de Esteban Moctezuma (hasta ahora sus principales actividades le exigen despachar en las instalaciones del Centro Histórico), la Secretaria de Agricultura y Desarrollo Rural empezó a edificar nuevas instalaciones en Ciudad Obregón está en reacondicionamiento y ampliación de instalaciones en Ciudad Obregón, Sonora, y que fueron dadas en comodato por el gobierno estatal de Claudia Pavlovich, con lo cual se pudo sortear la carencia de presupuesto federal.
El plan de la nueva SADER es empezar a operar desde marzo entrante en una de las regiones agropecuarias más eficientes y mejor organizadas del país, aunque la mudanza será lenta y se mantendrán las oficinas en la colonia Municipio Libre, alcaldía de Benito Juárez, de la Ciudad de México, en donde radican las coordinaciones de diversos programas de estímulo a la producción de alimentos. Sin embargo, la dependencia inició a mover ejecutivos a Cajeme desde enero pasado para atender la emergencia que generaron las heladas de la temporada invernal.
Un intento de mudanza, todavía tímido, es el del Instituto del Fondo Nacional para Vivienda de los Trabajadores, cuyo nuevo director, Carlos Martíenz, tiene como encomienda presidencial mudarse a Toluca. La Secretaría de Cultura -una de las de menor tamaño en el organigrama federal- empezó a trasladar sus instalaciones a Tlaxcala aunque por la densidad de la actividad artística enclavada en la capital su titular, Alejandra Frausto, tiene una actividad básicamente chilanga.
En tanto que la SCT, a cargo de Javier Jiménez Espriú parecería tener fácil su reubicación… pero quizá sea de las mas complejas y con menor alcance presupuestal. El plan es irse a San Luís Potosí, el centro geográfico de México y donde se encuentra el principal aeropuerto de carga así como los ramales carreteros que desde la época de Felipe Calderón y Enrique Peña han hecho posible la conectividad carretera de costa a costa de y norte a sur. El edificio central de la SCT a la vera de Eje Central y Universidad está en proceso de demolición tras el terremoto de septiembre de 2017, lo cual supondría se puede reiniciar desde “cero” lo que hoy son oficinas desparramadas desde Toreo de Cuatro Caminos hasta Periférico Sur y Peñón de los Baños. Sin embargo, sus recursos son contados: la dependencia tiene que evaluar los recursos que le quedarán disponibles luego del pago de la FIBRA E y de los Bonos MEXCAT del cancelado Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para arriesgar primero sí inicia los trabajos físicos en Santa Lucía y compra la participación privada en el Aeropuerto Internacional de Toluca… y luego ver sí le queda algo para construirse en San Luís. Considerando que el aeropuerto de Toluca no recibió dinero alguno este año para su modernización pese a ser pieza fundamental del proyecto presidencial de una “corona aeroportuaria” en el Valle de México, es de suponer en la mudanza de la SCT va para un tiempo más largo del esperado.
Así, todo apunta a que un proyecto de descentralización burocrática de la CDMX estimado en casi 128 mil millones de pesos deberá esperar más tiempo (y dinero) de lo estimado para aligerar el peso administrativo/gubernamental hoy todavía existe… y eso sin considerar complicaciones personales de la mudanza: Gerardo Esquivel, por ejemplo, subgobernador de Banxico tendría que estar pendiente de las decisiones de política monetaria en el edificio de Guardiola, Ciudad de México, mientras su esposa Graciela Márquez, titular de economía, tendría que mudarse a Monterrey.
