Lorena Osornio
A la fecha nadie sabe con precisión cuál es la estrategia de los gobiernos federal y de la ciudad en diversas materias, sin embargo, en este espacio me referiré a los rubros de seguridad social y pública.
En cuanto al primero, la pésima decisión tomada por el presidente de la República de recortar el presupuesto a las estancias infantiles, hecho al cual ya me he referido pero que por su relevancia me permito insistir, es totalmente inexplicable. Estos servicios han sido una herramienta indispensable tanto para las mujeres trabajadoras, como para el correcto desenvolvimiento de las y los niños, quienes son los auténticos beneficiarios de estos espacios. Ello sin mencionar las nefastas consecuencias para miles de trabajadoras de dichas estancias, cuya fuente de empleo se perderá producto de lo que a todas luces parece una ocurrencia más.
En este sentido, invito a hacer una reflexión: Si la retórica de la Cuarta Transformación es acabar con la corrupción, parar los abusos de la minoría rapaz y/o de los ladrones de cuello blanco ¿por qué entonces ensañarse las 330 mil mujeres que tienen a sus hijos en estas estancias y que se verán afectadas? Además ¿Qué culpa tienen las trabajadoras de dichas estancias? Ellas han dado parte de su vida y esfuerzo para cuidar con dignidad y promover el sano desarrollo de muchos infantes mientras las madres salen a ganarse el sustento.
Todo indica que pagar justos por pecadores es la tónica de esta administración. Como muestra, recuérdese el intento de recortar el presupuesto en educación para regalar dinero a los ninis, o el apoyo económico para familiares de huachicoleros, maestros de la CNTE y la militarización del país, reduciendo el presupuesto a cultura y otros rubros importantes, todo ello con cargo a nuestros impuestos.
Por otra parte, en cuanto a la violencia y la delincuencia, nuestra ciudad está cada vez peor. Como ciudadana, soy la primera en hacer votos para que este tema se resuelva en lo inmediato, pero todo indica que se ha salido de control. Al menos eso se refleja en los medios de comunicación, en donde cada vez son más frecuentes las notas de extorsiones a empresarios y comerciantes; asaltos a cuentahabientes y en el transporte público; tentativas de secuestros a mujeres, etc.
La jefa de gobierno necesita triplicar esfuerzos en este tema prioritario o correrá el riesgo de generar un clima de ingobernabilidad. De igual forma hay que llamar la atención de la procuradora y del secretario de seguridad pública porque en su intento de “limpiar” el interior de las dependencias ha propiciado que los ciudadanos vivamos con miedo e inseguridad. O sea, pagamos justos por pecadores.
