Por Alberto Cuenca
Twitter: @cuenquita
Hace 15 días, en un mitin en la unidad habitacional del STUNAM, el candidato a diputado local por el Distrito 30 de Coyoacán, Alejandro Encinas, externó una preocupación que crece en las filas de Morena: el riesgo de que el 1 de julio se geste un fraude a partir de que cierren las mesas receptoras de votación.
Encinas dijo esa vez que desde la coalición Por la CDMX al Frente, los dirigentes y candidatos del PRD, PAN y MC habían desplegado una estrategia para comprar o amenazar a simpatizantes de Morena que fungirán como representantes de casilla el día de la elección.
“Tenemos que cerrar filas de último momento, porque los del Frente van a querer alterar los resultados en las casillas electorales y van a hacer un conteo muy largo y muy tenso, y si bien todos vamos a querer irnos a festejar el triunfo de Andrés Manuel López Obrador y de Claudia Sheinbaum al Zócalo, vamos a tener que aguantarnos las ganas del festejo, vamos a festejar desde la trinchera que nos tocó a nosotros atender y vamos a cuidar que se cuente bien voto por voto y casilla por casilla”, planteó ese día el ex presidente de la Mesa Directiva de la Asamblea Constituyente.
Las palabras del también senador con licencia tienen varias aristas que, a horas de celebrarse la jornada electoral, sirven para el análisis de lo que podría ocurrir el domingo desde que cierren las casillas y comience el conteo de votos.
Hasta el pasado fin de semana los de Morena no habían terminado de registrar a todos sus representantes de casilla, pues de acuerdo a la candidata a Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, el INE les había rechazado algunas inscripciones porque no reunían todos los requisitos, aunque estaban presentando sustitutos casi de inmediato.
El Morena quiere asegurar su presencia en el 100 por ciento de las mesas receptoras de votación, pero no conforme con eso ha definido la creación de un ejército de vigilantes del voto por toda la Ciudad, con la conformación de un comité de Morena en cada una de las 5 mil 536 secciones electorales en que está dividida la Ciudad.
Aun así, los morenistas ven un riesgo adicional, que el día de la jornada electoral algunos funcionarios de casilla se ausenten, ya sea por falta de compromiso cívico, por amenazas o por coacción.
La ley electoral establece que si faltan ciudadanos para completar a los funcionarios de casilla, el presidente de la mesa receptora de votación puede pedir a los electores formados en la fila para sufragar que ocupen los cargos faltantes.
Los primeros que lleguen a formarse bien podrían ser del Frente, pero también podrían ser de Morena, buscando salvaguardar los intereses del partido político con el que simpatizan, ante la coincidente o quizás estratégica ausencia de secretarios de casilla o escrutadores el día de la jornada electoral.
La tensión crecerá después de las 18:00 horas, cuando hayan cerrado las casillas, pues como lo advirtió Encinas, el conteo de votos será largo y tenso, y más si entre los funcionarios de casilla, que se supone deberían ser ciudadanos, hay infiltrados de los partidos políticos.
La tensión en el conteo de votos se replicará en las sedes de los consejos distritales del Instituto Electoral, a donde llegarán los paquetes electorales y en donde cada partido político tiene también un representante.
No gratis Encinas llamaba a cuidar los sufragios en la trinchera que a cada uno le toque, pues en una de ésas, si López Obrador gana la Presidencia y/o Claudia Sheinbaum se hace con la Jefatura de Gobierno, el ánimo festivo desbordaría a los morenistas, olvidando cuidar la votación para diputados, senadores y alcaldes.
El asunto también es que en los consejos distritales los conteos de votos inicien con las boletas a Presidente, luego se le dé prioridad a las de Jefe de Gobierno y manden a la cola, pero ya muy tarde, los conteos de votos para diputados, senadores, alcaldes y concejales. Es ahí, entre el cansancio de la madrugada y los muchos sentimientos encontrados, que Morena advierte el mayor riesgo de fraude.
