Aunque, para muchos, el nombramiento del “delegado especial en funciones de presidente” del PRI capitalino fue un castigo para Eruviel Ávila, en realidad es una jugada estratégica del tricolor para amarrar varias cosas con miras a 2018.
En primer lugar, el nombramiento del exgobernador del Edomex —aunque potencialmente ilegal— tiene la finalidad de cumplir con el mandato del Tribunal Electoral para que el partido renovara su dirigencia local, caduca desde hace nueve meses.
Argumentando que, como es año electoral, no puede realizar elecciones internas, el tricolor se vale de una cláusula que, en teoría, había quedado eliminada de sus estatutos, que es el nombramiento de un “delegado especial” en funciones de presidente provisional.
Ese ordenamiento había sido borrado de los documentos tricolores para evitar que, si algún presidente estatal —a pesar de ser elegido en urnas— cayera de la gracia de la dirigencia nacional, pudiera ser desactivado desde el CEN por un “delegado”.
Otra arista del nombramiento es evitar que el grupo de Cuauhtémoc Gutiérrezpudiera reclamar lo que, en teoría, es suyo —el territorio de la CDXM que le fue arrebatado por un escándalo inventado a su líder— y con Eruviel lo desactivan.
Pensaron que Cuauhtémoc se iba a volver loco ante la presencia de un delegado, pero el expresidente local se vio muy hábil al sumarse al mexiquense en lugar de confrontarlo, pues aplicó eso de que todo lo que abone en estos momentos es bueno.
Pero la real misión de Eruviel es frenar, a como dé lugar, el avance de Morena en la CDMX, para evitar que Andrés Manuel López Obrador pueda sacar los votos necesarios que le permitan ser Presidente de la República.
Todo el mundo tiene claro que Héctor Bautista, líder de la corriente ADN del PRD —que se enfila como mayoritaria de ese partido a nivel nacional— bailó al son que el exmandatario mexiquense le tocó durante todo su sexenio.
Que el PRI no parará en recursos ni triquiñuelas para frenar aquí a El Peje, incluso ayudando por debajo del agua al Frente Ciudadano que tanto critican, para hacer la tarea de contención a Morena.
Y si además de frenar al de Macuspana en la CDMX, Eruviel gana para su partido al menos una decena de diputaciones locales y retiene las tres delegaciones que hoy gobierna en la capital, pues se irá a las nubes.
Para el PRI es vital la capital; no para ganar, sino para frenar a El Peje y por eso mandan al fly de sacrificio a un gallo como el exgobernador mexiquense, que en eso de operar recursos y territorio no es ningún aprendiz.
Ya tendrá su recompensa si el tricolor retiene Los Pinos.
CENTAVITOS… Dicen las malas lenguas que, a pesar de la suavidad de la carta que Julio César El Nenuco Moreno mandó a los líderes de Nueva Izquierda para despedirse de su corriente, en realidad con quien trae un pelito atravesado es con Jesús Ortega, no con Jesús Zambrano. Que ya desde antes estaba sentido porque, a pesar de que fue nombrado líder de la corriente de Los Chuchos en la CDMX, Ortega se inventó el puesto de delegado especial del CEN del PRD para la capital, lo cual evidenció que El Nenuco no era bien querido en esa tribu y por eso se fue a ADN, donde será el rey de la capital, pues esa corriente no tiene fuerza aquí. Eso sin contar que estaría garantizando una muy buena posición plurinominal para una curul federal por los amarillos.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/10/19/1195670
