Una frase célebre que en el siglo pasado hiciera célebre el exprimer ministro alemán Konrad Adenauer, uno de los artífices de la unificación de ese país después de la Segunda Guerra Mundial, fue: “La política es tan importante como para dejarla en manos de los políticos”.
Bueno, quizá los partidos políticos en México —todos, no se escapa ninguno— toman al pie de la letra esa recomendación del exfuncionario germano, fallecido en 1967. Al menos eso se podría pensar luego de ver la lista de candidatos a puestos de elección popular.
Si alguien escuchara que se prepara un gran evento que va a cambiar el rostro de México y ve anunciados en la cartelera a personajes como Eduardo Capetillo, Alfredo Adame, La Güereja, María Rojo, Daniel Giménez Cacho o Damián Alcázar. O a nudistas como el actor Sergio Mayer —el mismo que en mayo de 2005, encabezando una cabalgata nocturna en moto por la capital para promocionar el show Sólo para mujeres, sufrió la pérdida de Édgar Ponce, uno de sus actores. Mayer participó también con la diputada priista Carmen Salinas, personificando a La Bugambilia en la obra Aventurera. O al excolega de Brozo, Ausencio Cruz; al actor Ariel López Padilla, a la cantante Rocío Banquells o a la periodista Lilly Téllez. Ya ni qué decir de los actores Ignacio López Tarso, Silvia Pinal, Irma Serrano, el fallecido Julio Alemán o el payaso Lagrimita, por ejemplo. O a exdeportistas como Cuauhtémoc Blanco, Manuel Negrete, Héctor Hermosillo, Jesús Mena, Adolfo Ríos, Ana Guevara y Jackie Nava, por ejemplo, si alguien viera una cartelera así, seguro pensaría en tres cosas: es un homenaje a monstruos de la actuación o del deporte. Es un partido de despedida o un showdel reencuentro o —lo más lógico— es para apoyar una campaña para El Teletón.
Pues no, aunque a muchos mueva a risa, son los nombres de quienes ya fueron y quienes serán candidatos de Morena, PRI, PRD, Humanista y PAN a puestos de elección popular.
Y no es que quienes se dedican a esas actividades no puedan entrar a la política, sino que la inmensa mayoría de ellos no tiene la menor preparación o —peor aún— ningún compromiso con la ciudadanía.
Ejemplos sobran en todos los partidos.
Ahí están, por ejemplo, Carmen Salinas, diputada federal del PRI que se encabrita porque la exhiben dormida o tejiendo chambritas en San Lázaro.
O los morenos Damián Alcázar, Héctor Bonilla y Demián Bichir, que en redes eran durísimos críticos del gobierno y adoradores de El Peje, pero cuando fueron elegidos como Constituyentes de Morena acumularon récord de faltas y prefirieron seguir en la farándula.
Bien decía el fallecido novelista, poeta y ensayista escocés: “La política es quizá la única profesión para la que no se considera necesaria ninguna preparación”.
Luego de estas decisiones se podría pensar que esas frases aplican muy bien en los partidos políticos mexicanos y para los electores que los apoyen aplicaría otra que hiciera famosa Sir Winston Churchill: “Cada pueblo tiene el gobierno que merece”.
CENTAVITOS… Sin duda alguna, una buena adquisición para el equipo de Alejandra Barrales es Ricardo Pascoe Pierce, un activista de izquierda y fundador del PRD que se había mantenido un poco alejado de los amarillos, incluso apostando por otros órganos políticos, pero sin dejar de lado sus ideas de luchador social. Ayer se integró formalmente a la campaña de Barrales, lo cual es bueno, pero insuficiente para levantar la campaña frentista por la CDMX; hace falta algo más que eso.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2018/03/26/1228607
