Hugo Morales Galván
Los informes de cien días de gestión, si no son ilícitos tampoco son legales. Ninguna ley obliga a que las o los gobernantes den a conocer los logros de su administración en ese periodo de tiempo. Se trata de eventos propagandísticos para “informar” a la ciudadanía de lo alcanzado y como ejemplo de los resultados positivos, con lo cual suponen que transparentan su actuar y rinden cuentas. Pero no es lo uno ni lo otro. Primero, porque se trata de actos unilaterales en los que no hay cuestionamiento de la ciudadanía. Se “informa” sin interlocución. Se presentan cifras maquilladas y se pinta una ciudad de ensueño.
Abrir el Auditorio Nacional a media mañana para rellenarlo con acarreo, incluido lonche y una palomita en la lista para actuales o futuros proyectos de vivienda, muestra que en la Ciudad de México (CDMX) su Jefa de Gobierno, Claudia Sheimbaun, recupera las viejas prácticas del sistema que dijo combatir.
Pletórica de cifras y aplausos esperará que el “pueblo bueno” la aclame porque todas y todos los acarreados traerán un instructivo similar al que Morena distribuye en las giras de trabajo del Presidente Andrés Manuel López Obrador en los estados de la República, para aplaudirlo en todo momento y abuchear al mandatario estatal en turno.
Matracas y banderines para aplaudir a Claudia. Pero lo que se debería de esperar en su Informe de 100 días es qué cosas concretas y tangibles ha hecho, más allá de culpar a sus adversarios de los errores de su gobierno. En todos los asuntos, ella y su gabinete culpan a sus antecesores. En campaña se ofrecían como la solución a los grandes problemas de la Ciudad y decían tener un diagnóstico y la receta correspondiente.
Hoy, responsabilizan a los que se fueron. Si bien tienen parte de razón, no puede ser el pretexto ante su incapacidad operativa. Una cosa es la campaña, otra cosa es gobernar.
Dos son los temas que requieren respuesta: seguridad y corrupción.
Por la capital del país la delincuencia se traslada en Metro, Metrobús, Microbuses, RTP y taxis. Asalta y asesina a cualquiera hora del día. De poco sirve que AMLO informe del horario en que la delincuencia atraca, si todos los días se acumulan nuevas víctimas, que ofrecieron resistencia.
En la CDMX, encobijados, decapitados, ejecutados, leyendas, mantas y videos de la delincuencia organizada retando a la autoridad y asesinando gente, y la Jefa de Gobierno y su equipo siguen sin entender qué sucede y mucho menos pensar en cómo solucionarlo. Presentan una plataforma digital, pero no informan por qué no funcionan todas las cámaras de vigilancia en la ciudad, ni mucho menos por qué los delincuentes huyen sin que haya persecución alguna.
Claudia no ofrece resultados positivos. Al abordar el tema de las agresiones y el hostigamiento sexual contra las mujeres, e incluso los feminicidios, acusó una campaña en su contra. Con motivo del Día Internacional de las Mujeres, la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF) indicó que en la capital del país es donde mayor número de feminicidios se han cometido en el último periodo. Son 33 casos, más de la mitad ocurridos en el 2018.
En materia de corrupción, el caso de la “La Cosmopolitana“ desfondó a la administración de Miguel Ángel Mancera. Una investigación federal indica que el equipo del ahora Senador, y la empresa, convinieron contratos a modo, asignaciones directas, filtración de las bases, no sanción ante incumplimiento de contrato; y establecieron relación directa con la delincuencia organizada en los reclusorios (trata de personas, trasiego de drogas, extorsiones, autogobiernos).
Sheimbaun sabe claramente quiénes estuvieron involucrados en este ilícito. No sabemos hasta ahora qué hará, o si tomando como ejemplo a López Obrador, perdonará el ilícito y los llamará a “portarse bien”.
Desaparecieron los granaderos y lo aplaudimos. Pero no había Plan A ni B. Trabajadores de Chapingo dislocaron la CDMX siete horas. Nadie lo impidió. Nadie los replegó. Se pudo hacer convivir el derecho a la libre manifestación con el de libre tránsito, sin que significara represión. En el Gobierno de la CDMX no lo saben o no lo entienden. Entonces, ¿de qué va a informar?
Se trata de 100 días que pasarán al olvido.
