Si algo quedó claro la última semana es que la otrora poderosa corriente perredista de Los Chuchos está en picada y podría caer hasta el tercer lugar, pues los ajustes al interior del sol azteca continúan rumbo a la definición de las candidaturas para 2018.
Luego de la salida de Julio César El Nenuco Moreno de la tribu Nueva Izquierda, para llevar sus canicas a la Alternativa Democrática Nacional, de Héctor Bautista, se comenzó a configurar una correlación de fuerzas distinta al interior del Consejo Político amarillo.
La primera reacción de la corriente encabezada por Jesús Ortega y Jesús Zambrano fue hacer un control de daños mediante la compra de consejeros del exdelegado en Venustiano Carranza, cosa que no pudieron concretar.
A estas alturas del partido está claro que la salida de El Nenuco fue operada por Héctor Serrano, quien evitó llevárselo directamente a Vanguardia Progresista, tribu vinculada a Miguel Ángel Mancera, y lo envió a ADN.
Julio César estaba muy molesto, especialmente con Chucho Ortega, quien mostró abiertamente su preferencia por Víctor Hugo Lobo para impulsarlo a la Jefatura de Gobierno en 2018 o, en su defecto, para el Senado de la República.
Esa decisión, comentada en una reunión entre la jerarquía de Los Chuchos, fue la que orilló a El Nenuco a buscar a Serrano, pues alegó que, a pesar de tener el control de la delegación más amarilla de todas, nunca había sido valorado por su grupo.
Fue así como el exdelegado llegó a ADN, pero con una amplia alianza con Vanguardia Progresista, lo que le permite ampliar sus posibilidades para una curul federal o local el próximo año.
Hasta ahí la cosa estaba clara para El Nenuco, pero lo que no sabe es que ahora Serrano está buscando a Lobo para que su agrupación, Fuerza Democrática, firme una alianza con la corriente de Mancera, con lo que Los Chuchos recibirían al puntilla en la Ciudad de México.
Aunque la organización del delegado en Gustavo A. Madero no sería orgánica a ninguna tribu, sí sería aliada de Vanguardia Progresista con todo lo que ello conllevaría, como el número de consejeros políticos que este poderoso grupo podría aportarles.
Sería el acabose para Nueva Izquierda, al menos en la capital, y para seducir a Lobo piensan ofrecerle un lugar como senador y varias posiciones legislativas. El asunto se está cocinando y es cosa de días para que se concrete.
Si todo marcha como está programado, la futura correlación de fuerzas al interior del PRD será: ADN, número uno; Vanguardia Progresista y sus aliados, dos, y Los Chuchos irían al tercer lugar.
El golpe para Nueva Izquierda parece ser seco, pues incluso en su reunión previa al Consejo Político del sábado pasado, su evento lució vacío, mientras sus oponentes llegaron con la presidenta Alejandra Barrales, como para demostrar su fuerza.
Caminaron del brazo por la calle Héctor Bautista, Lobo, Barrales, Serrano y Eduardo Venadero, líder formal de Vanguardia Progresista, y hasta se dejaron fotografiar.
Aplicaron eso de que una fotografía dice más que mil palabras.
CENTAVITOS… Quien tendrá que decidir esta misma semana qué va a hacer con su futuro político es Ricardo Monreal, que tiene los dos pies fuera de Morena y no ve claro que el PRD le tienda la mano para arroparlo. Igual y toma otra opción, como aspirante independiente o por otro partido, para buscar, al final, sumarse al Frente Ciudadano y competir por la candidatura. La cosa no está nada fácil, pues Barrales ha dicho a sus cercanos que esta vez nadie la bajará del carro.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/10/23/1196470
