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Capital Político

Mancera traga saliva al renunciar

En lugar de soluciones dejó puros problemas que harán difícil el tránsito de estos meses

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Ni porque es abogado —y la mayoría afirma que muy bueno— Miguel Ángel Mancera puede dormir tranquilo con cada decisión legal que toma, pues hasta para anunciar su dimisión a la Jefatura de Gobierno tragó saliva.

Y es que al entregar a la Comisión de Gobierno de la ALDF su solicitud de licencia, las cuentas no le salían. Se supone que para poder aspirar a la senaduría que le ofreció el PAN tendría que separarse del cargo mínimo 90 días previos a la elección.

Su dimisión la oficializó el viernes pasado, y en teoría no tendría problema para cumplir con el requisito.

Pero en su equipo surgió la duda de si los días empiezan a contar al momento de presentar  la dimisión o cuando la ALDF se la aprueba oficialmente.

Luego de una amplia discusión, en la que unos decían que no se podía y otros que sí, se decidió que la licencia fuera entregada a Leonel Luna, presidente de la Comisión de Gobierno, quien pasó todo el viernes en El Zócalo analizando el tema.

Hasta el momento nadie ha pedido revisar el procedimiento, la licencia de Mancera sigue adelante y mañana será oficialmente conocida por el pleno de Donceles, que de inmediato comenzará a procesar el nombre del
sustituto.

Todo apunta a la ratificación de José Ramón Amieva, a quien Mancera dejó de encargado de despacho, pero la moneda está en el aire. Y no porque los diputados tengan dudas de seguir la instrucción, sino por las presiones internas.

En las bancadas mayoritarias no tienen problema en que Amieva se quede; donde está el problema es al interior del Gobierno de la CDMX, pues hay varios secretarios que estarían dispuestos a renunciar si es ratificado.

Aunque él mismo había asegurado alguna vez que no estaba preparado para un cargo tan relevante, ahora quiere. Muchos se resisten, sobre todo, porque su exjefe, Alejandro Encinas, fue nombrado ayer coordinador de campaña de Claudia Sheinbaum y dicen que donde hubo fuego…

Así que, al irse, en lugar de soluciones Mancera dejó puros problemas y divisiones que harán más difícil el tránsito de estos meses electorales en la CDMX.

CENTAVITOS…  Como a Miguel Layún en el futbol, a Rosa Icela Rodríguez la culpan de todas las desgracias del PRD en la CDMX. La acusaron de alta traición porque —según ellos— en 2015 operó desde Desarrollo Social a favor de Morena. Bueno, pues ahora que Sheinbaum anunció que Rosa Icela coordinará el tema de Gobierno en su  campaña, seguro reforzarán su idea de traición.

Pero olvidan los amarillos que ellos mismos exigieron echarla del gobierno y que nada le ofrecieron para quedarse. Si bien es cierto que la exfuncionaria es muy amiga de Claudia, también los es de Alejandra Barrales. Los morenos se la llevaron y es una excelente adquisición, pues tiene una amplia red ciudadana en varias delegaciones, producto de varios años de trabajo con grupos, lo que ahora sí la hace peligrosa para el PRD.

Por cierto, eso de que Rodríguez los traicionó estaría por verse, pues cuando fue acusada de traicionar a Marcelo Ebrard para irse con Mancera, el propio Héctor Serrano dijo que no traiciona el que cumple con lealtad hasta el último minuto con su jefe, y que cuando cambia de bando debe actuar con la misma lealtad a su nuevo patrón… Luego del arranque de sus respectivas campañas, está claro que tanto Sheinbaum como Barrales tienen una gran coincidencia: el gobierno de Mancera fue tan malo que ambas quieren cambiar casi todo.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/mancera-traga-saliva-al-renunciar/1229888

Lo nuestro es la #política en la #CDMX; si en verdad te late la grilla chilanga en las redes, visita nuestra página: https://elinfluyente.mx

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