Apenas la semana pasada, un exjefe delegacional le preguntó a Miguel Ángel Mancera que si veía conveniente realizar una encuesta —o tres— para definir al candidato del Frente a la Jefatura de Gobierno en 2018, toda vez que en ese rubro la contienda luce muy dispareja.
Que Alejandra Barrales va muy adelantada con respecto a sus dos contendientes, por lo que seguramente sería la ganadora. Pero la respuesta de Mancera dejó helado a su interlocutor. “Falta más de un mes y eso es mucho tiempo; las preferencias pueden cambiar…”.
Y si alguien sabe de eso es precisamente Mancera, quien en diciembre de 2011 —hace ya seis años— iba muy detrás en las encuestas para suceder a Marcelo Ebrard y nadie apostaba por él… bueno, tampoco por Mario Delgado, totalmente desinflado.
La delantera la tenía entonces —vaya coincidencia— Barrales, justo como ahora, pero entre las cenas de Navidad y Año Nuevo algo pasó, porque para enero el entonces
exprocurador capitalino amaneció arriba en las encuestas y nadie lo pudo bajar.
¿Cómo pasó?, ¿quién sabe? Pero a Alejandra ya se la aplicaron una vez cuando más segura se sentía y las señales indican que el próximo mes le podrían repetir la dosis.
Porque nadie duda de que en estos momentos la más conocida de los tres aspirantes es la expresidenta nacional del PRD, por lo que, si se hiciera un ejercicio de conocimiento, ella sería la ganadora absoluta.
Habría que checar las preguntas de las tres encuestas y qué tanto pueden pesar los negativos de la también senadora con licencia.
Por los comentarios de Mancera con su invitado, Alejandra no es de su entero gusto y puede aplicarle la misma fórmula que en 2012 le aplicó Marcelo para bajarla de la candidatura a jefa de Gobierno.
Quedó demostrado que el ir abajo en las encuestas no es necesariamente una desventaja, pues los expertos en marketing político dicen que siempre es mejor un candidato con un amplio margen por crecer, que otro que ya llegó a su techo.
El tema viene a cuento porque el PRD anunció ayer que tanto Barrales como Armando Ahued y Salomón Chertorivski aceptaron ir a tres encuestas en enero próximo, como método para definir al candidato de la coalición Por la Ciudad al Frente.
Todo el mundo coincide en que el más capaz es Chertorivski; el más carismático es Ahued y la más conocida es Barrales, por lo que las preguntas de la encuesta serán vitales para definir el triunfo de cualquiera.
El acuerdo tripartita se logró por la intervención del dirigente del PRD capitalino, Raúl Flores, y por el líder de Vanguardia Progresista, Héctor Serrano, quienes son la parte visible del importante proceso electoral interno que definirá al aspirante capitalino.
Los dirigentes del sol azteca presumen que su partido será el único que no postulará candidato mediante tómbola o dedazo, en realidad eso a nadie importa porque, al final, nadie les creerá que no cargaron los dados.
CENTAVITOS… Alegando “dignidad”, algunos perredistas renunciaron al sol azteca porque, según ellos, no podían soportar que su dirigencia —sin consultar a las bases— traicionara los principios ideológicos y se uniera a la derecha antagónica del PAN, y que por eso se van a Morena. Seguramente en ese partido sí consultaron a la base para elegir candidato presidencial y para unirse a la ultraderecha —que, al parecer, ya no es antagónica—, como el Partido Encuentro Social. Ahora tendrán que defender las ideas del PES, vaya “congruencia” de los ofendidos experredistas.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/12/19/1208751
