Todavía a mitad del año pasado, cuando al interior de su burbuja apostaban a que Miguel Ángel Mancera sería el candidato presidencial del llamado Cuarto Polo, todo era jauja.
Quienes más cerca estaban entonces del jefe de Gobierno eran su secretario particular, Luis Ernesto Serna Chávez, y el entonces secretario de Movilidad, Héctor Serrano Cortés, quienes se reunían con él en privado para hacer proyecciones.
Ambos tenían un pacto de cuidarse mutuamente, pues la grilla al interior del grupo mancerista estaba en todo lo alto, y para otros cercanos al jefe no eran bien vistos.
Nada se movía sin que el dúo dinámico lo aprobara y entonces Luis se visualizaba en este 2018 con una candidatura a diputado federal, pero con la posibilidad de integrarse con Mancera, en caso de que llegara a la Presidencia.
Por su parte, Héctor se visualizaba como el coordinador general de la campaña presidencial de su jefe y candidato al Senado. También, en caso de que su candidato llegara a Los Pinos, evaluaría la posibilidad de ser su secretario de Gobernación.
Pero las cosas cambiaron radicalmente luego de los sismos de septiembre pasado y Mancera fue bajado por la alianza Por México al Frente, que se pronunció por Ricardo Anaya como candidato; ahí se descompuso el cuadro.
A Luis le nació la idea de quedarse en lugar de su jefe a cerrar la administración capitalina y se promovió para ello; no le alcanzó y tampoco obtuvo candidatura alguna… al menos no como titular.
Porque en las listas de candidatos a diputados su nombre aparece muy escondido, como suplente de Carlos Guevara Romero, por el Distrito federal número 23 en Coyoacán, tierra de Mauricio Toledo, aliado de Serrano.
Quizá la jugada sea que Guevara gane el escaño y luego pida licencia para que Serna asuma su lugar. O sea, que el PRD se haya decidido por un Juanito, para no hacer olas.
El caso de Héctor no es el ideal, pero no está nada mal. No será senador, pero sí diputado federal al ocupar el lugar número uno en las listas plurinominales, que en automático lo proyecta como probable coordinador del Frente en San Lázaro.
Su hijo, Héctor Jr., será candidato a diputado por un distrito local bastante seguro, el 18, en poder de Leonel Luna, otro incondicional.
Todo esto ocurre mientras Mancera confirma lo que todo el mundo sabía: que dejará el Gobierno capitalino para buscar una senaduría por el PAN, pero que sólo pedirá licencia por 90 días, no en forma definitiva.
Y eso lo hace por dos cosas: la primera es que, si pide licencia temporal, no tendrá que esperar que la ALDF le apruebe un sustituto. Quedará de interino José Ramón Amieva, a quien movió a la Secretaría de Gobierno justamente para ese fin.
Pasando la elección puede volver para preparar la entrega a Alejandra Barrales o a Claudia Sheinbaum, pues para entonces ya se sabrá quién ganó la capital.
CENTAVITOS… El priista Mikel Arriola le puso el dedo a Alejandra Barrales con el asunto de sus propiedades e inversiones, que en poco tiempo la convirtieron en millonaria. En el equipo de la candidata del Frente, que había tomado el tema con ligereza, deben prender las alarmas, porque a Arriola no le costaría acceder a información en la Secretaría de Hacienda sobre las finanzas de la candidata —si no es que ya la obtuvo— y eso sí sería un durísimo golpe. Alejandra estaría en la misma situación que su coequipero Ricardo Anaya. ¡Vaya coincidencia!
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2018/03/21/1227606
