Esperanza Barajas
Tras un año de trabajo legislativo en el Congreso de la Ciudad de México queda claro que a Morena le urge un liderazgo fuerte, esta situación no pasa desapercibida por el gobierno de Claudia Sheinbaum, necesita de un grupo parlamentario que la acompañe y la respalde; pero sus diputados han pasado demasiado tiempo en el jaloneo del poder y el dinero.
Esta situación la tienen muy clara en el zócalo, necesitan una coordinación que ayude a operar con los diputados y quieren que a partir de septiembre funcione de esa manera; así que tiene muy poco tiempo el diputado Ricardo Ruiz para convencer de que puede hacerlo.
En el gobierno de Claudia Sheinbaum saben que no basta con hablar con el coordinador para garantizar los acuerdos y amarres, deben multiplicar las labores al interior y aún así, no hay certeza de que las cosas salgan bien.
Tampoco funcionó la decisión de poner tres cabezas al frente de la bancada, Ricardo Ruiz como coordinador, Valentina Batres y José Luis Rodríguez como vicecoordinadores, esa salida sólo provocó que se multiplicaran los grupos al interior. Al final el trabajo legislativo ha sido descuidado y de forma recurrente violentan la normatividad interna, así como los plazos legales.
Para sorpresa de muchos Batres estuvo convertida en la jefa durante meses, ella llevó el control de los temas legislativos, ella tiene por el momento el mayor número de titulares en las Unidades Administrativas; pero al cierre del periodo de sesiones se encargaron de irle marcando altos.
Le votaron en contra una reserva sobre el Sistema Público de Radiodifusión, el mensaje que corrió en el pleno fue “navajazo limpio”, es decir que había voto libre, y la vicecoordinadora perdió; además varios miembros de Morena la culparon por la comparecencia del secretario de Seguridad Ciudadana, Jesús Orta, a propuesta de la fracción del PAN.
Estos meses de trabajo confrontaron a Batres Guadarrama con una parte importante de la bancada, sin embargo hay que tomar en consideración, que ella sólo ocupó un lugar y ejerció el poder.
José Luis Rodríguez que había logrado aglutinar al grupo mayoritario de morenistas inconformes, fue perdiendo seguidores, sobre todo después de la repartición de los espacios laborales dentro del Congreso; algunos diputados sintieron que les picaron los ojos y mejor marcaron distancia.
Rodríguez se ha concentrado mucho en el tema administrativo y de distribución de plazas, esto es un tanto raro, porque formalmente están por cumplirse un año de trabajo legislativo y no acaban con el jaloneo, ya se les fue una tercera parte de esta primera Legislatura.
Y en este tema de la pelea por espacios, en la sesión plenaria del grupo parlamentario de Morena celebrada el viernes acordaron la salida del oficial mayor, Javier González Garza y de la titular de transparencia, Judith Vázquez, el primero llegó al cargo con el respaldo de Ernestina Godoy la segunda como una carta de Ricardo Ruiz.
A ambos les pidieron la renuncia, al parecer González Garza ha pedido que se le dan las razones que fundamenten su salida, no le han podido dar ninguna, pero el tema ya lo quieren llevar a la Junta de Coordinación Política para iniciar el relevo; en el caso de Vázquez Arreola hay coincidencia de que no es una conocedora del tema de la transparencia, ha tenido diferencias con todas las áreas y ella quiere llegar a un acuerdo económico.
Lo que al parecer no están dimensionado los legisladores es que estos titulares de las unidades administrativas rindieron protesta en el Pleno del Congreso, no al grupo parlamentario y si quisieran podrían causarle un buen dolor de cabeza a los diputados para sacarlos.
No son los únicos que tienen en la mira, pero eso si, son los primeros. Hasta donde y cuando termina el reacomodo interno, ni los de Morena lo tienen claro, porque ahora son muchos más los que reclaman y quieren colocar a su gente en los diferentes espacios del Congreso.
Tanto para el respaldo político, pero sobre todo para construir el entramado legal que permita sentar el nuevo rostro de la ciudad, la jefa de gobierno requiere al Congreso, ganará el apetito o el compromiso… al tiempo.
