Como en la película de El Bulto —de Gabriel Retes—, donde un fotógrafo recibe un golpe durante el llamado halconazo de 1971 y despierta 20 años después, así regresa a la escena política de la capital René Bejarano, quien luce perdido sobre la actualidad política.
El de las ligas regresa cuando las cosas son muy diferentes a las que él conoció, y se muestra fuera de forma al querer operar a la antigüita, pues todo el mundo puede anticipar sus movimientos, que son los mismos de cuando era un jovenazo.
Para empezar, el partido de tribus —donde se movía como pez en el agua— ya no existe para él. Dejó el PRD y hoy quiere operar en Morena, donde ni siquiera milita, pero no influye en ninguna corriente cercana al grupo en el poder.
El viejo profesor se ha dedicado a ofrecer cargos y protección —como lo hacía antes en el sol azteca—, pero la diferencia es que nadie le reconoce autoridad; quiere que lo ayuden a cambio de promesas.
La realidad política en la CDMX es muy distinta a la que él vivió, y lo demuestra con sus fallas en la negociación de las candidaturas, donde le sugirió a Claudia Sheinbaum priorizar las de alcaldes y en una segunda vuelta las de diputados.
Error de primaria, cuando antes se negociaba todo junto, para compensar con alguna diputación a quienes no obtenían una delegación. Todo se negociaba en paquete para hacer una operación cicatriz lo más rápido posible, y a lo que sigue.
Pero ahora se armó primero la elección de aspirantes a alcaldes, que se judicializó y que, además, sacó a la calle a los morenistas a protestar contra su propio partido. Logró que Claudia provocara una rebelión interna de Morena en la Ciudad de México.
Ahora, con la definición de los candidatos a diputados, llegó una segunda oleada de protestas y demandas, lo cual perjudica al partido de la jefa de Gobierno, que ante la crisis optó por sacar las carpetas judiciales para tratar de poner orden.
Y quizá haya logrado que se calmaran un poco las aguas, pero en los territorios las cosas no andan nada bien, pues la estrategia que le recomendó Bejarano sólo lo fortalece a él y a otros caciques; no a la funcionaria.
Los que le saben al tema dicen que Claudia debió darle prioridad a las diputaciones, pues es a través del Congreso de la Ciudad de México donde podría gobernar, sin necesidad de depender de la fuerza de las alcaldías.
Ahora que la capital tiene Constitución Política propia, pesan más los diputados que los alcaldes, pero como Bejarano se quedó en el pasado, convenció a la gobernante de asegurar primero las alcaldías.
Para imponer a sus candidatos en los territorios, al final, Sheinbaum tuvo que ceder varios distritos a sus enemigos que, muy inteligentes, la dejaron que se atascara con las alcaldías y le arrebataron diputaciones.
Con las alianzas que se podrían dar incluso entre algunos morenos y la propia oposición, a lo mejor la jefa de Gobierno no la pasa muy bien con los de Donceles en la última parte de su mandato.
Ni modo, Claudia despertó a El Bulto, y ahora a ver cómo lo vuelve a dormir.
Como parece que la estancia de Diana Sánchez Barrios se alargará un poco en Santa Martha, la familia está pensando en que sea su hermana Silvia quien tome la candidatura del PRI a diputada por el Distrito 9 de la CDMX. Esta familia de comerciantes no se arredra tan fácil y, en una de ésas, sale contraproducente haberlos atacado políticamente a través de un proceso judicial, pues sus seguidores son aferrados y serán una piedra en el zapato.
