En lo que sería un Récord Guinness, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México armó, en menos de 12 horas, una robusta carpeta judicial por presunto enriquecimiento ilícito en contra de Adrián Rubalcava Suárez, alcalde con licencia de Cuajimalpa.
Basada en una denuncia anónima, recibida por correo electrónico la noche del 2 de febrero pasado, a la mañana siguiente, la Fiscalía para la Investigación de los Delitos Cometidos por Servidores Públicos tenía armado el caso y ya había girado incluso oficios.
Es más, apenas 48 minutos después de recibido el anónimo correo, el mismísimo fiscal especializado, Richard Urbina Vega, ya había firmado la orden para iniciar la investigación en contra del alcalde.
En qué tono debió hablar el funcionario a sus muchachos, que a las 10:00 horas del siguiente día ya estaban girados los respectivos oficios para saber santo y seña de la vida de Rubalcava Suárez.
Es decir, el agente de guardia que recibió el correo y otros tres ministerios públicos que prepararon y firmaron el papeleo debieron trabajar toda la madrugada para que a la mañana siguiente estuviera iniciada la carpeta de investigación, como lo ordenó el jefe.
Aunque la averiguación aún no es pública, en la Policía de Investigación de la propia Fiscalía tienen una copia de la original, lo que describe la inverosímil rapidez con que este asunto está siendo investigado por los sabuesos de la fiscal Ernestina Godoy.
La historia es más o menos así: a las 21:14 horas del 2 de febrero Roberto Aguas, encargado de turno en la Fiscalía, recibe un correo de Francisco N, en el que le dice al fiscal Urbina Vega: “no eches en saco roto esto que hoy denuncio…”.
Y el buen Richard —que debe ser premiado por su alta eficiencia e intuición— no echó en saco roto la denuncia de alguien a quien ni conoce ni se quiso identificar, pues en menos de una hora le ordena al MP, Alberto López, registrar el oficio FSP-503/2021-2 para iniciar la investigación.
A la mañana siguiente ya estaban girados oficios a la SRE, pidiendo copia de la solicitud de pasaporte del alcalde; al Instituto Nacional de Migración, para que reportara sus entradas y salidas del país, y a la Semovi, que informara sobre vehículos registrados a su nombre.
Pero no sólo eso, también pidieron a la Secretaría de Finanzas del Gobierno de la CDMX que entregara copia de los recibos de nómina de 2010 a 2020 del alcalde, y a la Contraloría capitalina, que reportara sus declaraciones patrimoniales.
Si creen que eso fue todo, pues no.
Pidieron al Sistema Penitenciario informar si Rubalcava Suárez ha estado preso; al Tribunal Superior de Justicia, si hay algún mandato judicial incumplido; al Registro Público de la Propiedad, cuántos inmuebles o negocios tiene, y a la Fiscalía General, sus antecedentes penales.
Y todo eso en menos de 12 horas, lo cual estaría muy bien si se tratara de un capo, no si se trata de descarrilar a un enemigo político incómodo.
Seguramente, el alcalde ya sabía que Claudia le está buscando las espinillas… si no, pues ya lo sabe.
CENTAVITOS
Si al menos la décima parte de la eficiencia mostrada por Ernestina en este caso la hubiera puesto en práctica con Rigoberto Salgado, exdelegado en Tláhuac ligado con El Ojos, o con Pancho Chíguil, por su responsabilidad en las muertes del News Divine, ambos estarían a la sombra. Pero cuando llegó Godoy a la Procuraduría, en lugar de hacer justicia a las familias de GAM, por ejemplo, ordenó retirar las acusaciones y cerrar el caso. ¿Sería porque ambos eran de Morena y buscaban ser alcaldes?
