Si pensaban que el invento de Frida —la niña que supuestamente estuvo atrapada durante días debajo de los escombros del Colegio Enrique Rébsamen luego de los sismos del 19-S— había sido la telenovela del año, esperen el desenlace del affaireRicardo Monreal-Morena.
Todo el mundo sabe que luego de que Andrés Manuel López Obrador inclinó su dedito en favor de Claudia Sheinbaum como candidata de su partido al Gobierno de la Ciudad de México, Monreal hizo berrinche, desconoció la decisión y amenazó con irse.
Hasta ahí todo era más o menos entendible, debido a que el proceso de designación de Sheinbaum fue una verdadera marranada —como dijera el clásico—, y el zacatecano levantó la polvareda política, convirtiéndose en la manzana de la discordia entre varios partidos.
Durante casi tres meses ha tenido a todos en el filo de la butaca, pues se ha puesto a deshojar la margarita ante las invitaciones del PRI y los coqueteos del PVEM y del PAN, PRD y MC a través del Frente Ciudadano para que sea su abanderado en la Ciudad de México.
Como todo un animal político, el delegado en Cuauhtémoc ha sido capaz de poner contra la pared lo mismo a un sector del PRD que al gobierno de la capital y al propio López Obrador, en Morena.
Y es que su apuntalamiento es tal que a estas alturas del partido ha generado la percepción de que él inclinaría el triunfo —según donde se vaya— tanto en la capital como a nivel nacional, por la cantidad de votos que representa la capital en el padrón electoral.
En esto momento, al interior del Frente hay una división entre los que quieren a Monreal y los que lo rechazan, y el zacatecano ha decidido estirar la liga al máximo, acusando el bloqueo de Alejandra Barrales y del propio Miguel Ángel Mancera.
El Frente se ve obligado a tomar su decisión en menos de dos semanas.
Pero el zacatecano también puso contra la pared al propio Peje, quien, contra su costumbre, se vio obligado a buscarlo y proponerle más que una tregua: su regreso al redil, pero en los primeros planos.
A más tardar en dos semanas se sabrá si el delegado en Cuauhtémoc será el nuevo presidente de Morena, retomando su papel protagónico muy por encima de Martí Batres, la propia Claudia y hasta los parientes del actual líder del partido.
Porque López Obrador necesitará de un interlocutor para ampliar su nexos incluso con los priistas que pudieran salir lastimados luego de la elección de su candidato presidencial.
Esos puentes no se los pueden construir ni Alfonso Romo ni Esteban Moctezuma; El Peje sabe que ese papel sólo lo puede jugar Monreal y está dispuesto a pagar el precio con tal de ampliar sus posibilidades presidenciales, pero sobre todo para ganar la Ciudad de México.
Al final, el zacatecano será el ganador, pues si el Frente lo quiere tendrán que asegurarle la candidatura capitalina; si no, será el nuevo líder de Morena.
CENTAVITOS… A pesar de que trae en contra a todos los grupos parlamentarios por aferrarse a mantener al borrachín Ricardo Becerra como comisionado para la Reconstrucción de la Ciudad de México, parece que Mancera no lo moverá y asumirá los costos. Allá él y su mala cabeza, pero el puesto de Becerra no es como el de Tanya Müller, por ejemplo, que ha demostrado una marcada incompetencia como secretaria de Medio Ambiente y la ha mantenido contra viento y marea; sólo que lo de Becerra es mucho más sensible, porque se burló de los damnificados por los sismos, una de las peores tragedias de la ciudad.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/2017/11/13/1200857
