Mauricio Flores
a mera realización -a partir de hoy y hasta el próximo domingo- de la consulta ciudadana sobre el destino del NAIM ha sido suficiente para generar dudas en el sector financiero y empresarial sobre los métodos de gobierno que aplicará la administración de Andrés Manuel López Obrador para la ejecución de obras de largo alcance y observación del marco legal: el peso resintió pérdida de valor frente al dólar los últimos días, siguió aumentando la tenencia de extranjeros de valores gubernamentales de corto plazo (es decir, aumento la posición líquida de los inversionistas), y se pospusieron para mejor momento las ofertas públicas de acción de Grupo Financiero Mifel, que encabeza Daniel Becker, y de Grupo Coppel de Agustín Coppel Luken.
Y no se tratan de eventos inconexos que sólo afecten a los “grandes capitalistas” que cómo Carlos Slim y Carlos Hank Rhon son señalados por los grupos contrarios al NAIM como “beneficiarios” de la megaobra que se realiza en el vaso del ex lago de Texcoco.
Es falso creer que una eventual cancelación surgida de la consulta de esta semana sólo afecte a los plutócratas y que los “pobres” serán los ganadores porque ya no se dilapidarán recursos públicos en una obra que el próximo secretario de comunicaciones y transportes, Javier Jiménez Espriú, cataloga de “Faraónica”.
Vaya, la semana pasada, el presidente de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores, Guillermo Prieto señaló que si el siguiente gobierno “comete locuras”, será inminente el cierre de agencias de automotrices: en su presentación durante el Foro Automotor 2018 mostró el paralelismo entre México y Brasil, que cuando en aquel país el gobierno de Lula Da Silva aplicó medidas que desequilibraron las finanzas públicas y afectaron la certidumbre sobre el cumplimiento del marco legal, el consumo de autos -la segunda decisión de inversión mas importante de una familia en el hemisferio occidental sólo después de la compra de casa- cayó a tal nivel que cerraron 40% de las agencias de vehículos cariocas.
También es falso creer que sí la consulta sale favorable a Santa Lucía combinada con el actual AICM, la afectación quedará sólo para “multimillo-narios” y las clases medias y “fifís”.
Lo que calla Higinio
Sin hacerlo público, pero sí en corto, el senador morenista por el Estado de México, Higinio Martínez, tiene claro que con la cancelación del NAIM los más afectados serán los pobladores de su oriundo Texcoco y todo el oriente del Estado de México. Higinio es virtualmente el vice gobernador de esa entidad -creador y padrino político de Delfina Gómez quién está nominada como superdelegada y cuña sobre el gobernador Alfredo del Mazo- está seriamente preocupado de que el cierre de las obras implique el despido de 40 mil trabajadores de todos los ramos y rangos del NAIM, muchos residentes de la zona mas pobre de la entidad, así como el efecto en cadena sobre la proveeduría de materiales de construcción, servicios profesionales, renta de vivienda y hasta en el comercio detallistas.
Incluso voces sensatas dentro de Morena, como Mario Delgado quien encabeza la macrobancada de diputados morenistas, se inclina a favor de Texcoco. Claro, sin poner en duda el método, representatividad y legalidad de la consulta, Delgado manifestó abiertamente que el actual NAIM tiene muchas más posibilidades de obtener fondeo (13,200 millones de dólares en total, suma que no ha cambiado) que el aeródromo en Santa Lucía: uno, Texcoco, es un proyecto que cuenta con más de un millón de planos ejecutivos y esquemas de fondeo así como con 306 empresas ya trabajando con 32% de avance. El alternativo, el de José María Rioboó, es una idea plasmada en un render y una presentación digital.
La decisión de construir un aeropuerto no es a final de cuentas algo que legalmente salga de una consulta (y menos de una que carece de elementos
tan básicos como un padrón y mecanismo de protección de boletas de votación), sino es una decisión de Estado. Por tanto, es una decisión del presidente si cancela el NAIM o apuesta por una idea en ciernes. Será decisión, entonces, de Andrés Manuel López Obrador mantener la certidumbre jurídica o dar pie a una crisis de confianza aún antes de colgarse la banda presidencial.
Ciudad parálisis 2
Lo que le podemos confirmar es que la mayoría de las alcaldías de la Ciudad de México ya cerraron las ventanillas para la emisión de permiso de construcción en respuesta al planteamiento de la próxima gobernadora de la capital, Claudia Sheinbaum, de detener todos los proyectos y revisar los permisos entregados a fin de detectar y sancionar posibles colusiones entre algunos desarrolladores y funcionarios públicos. Están cerradas las ventanillas en Cuauhtémoc, Alvaro Obregón, Iztacalco, Gustavo A. Madero, Tlalpan, Magdalena Contreras, Azcapotzalco, Iztapalapa, Tlahuac, Benito Juárez, Iztacalco y Xochimilco. Sólo Coyoacán, Cuajimalpa, Milpa Alta y Venustiano Carranza no han parado… pero que ya no tardan. Con esto, nos dice el presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, Salvador Daniel, se incumple el acuerdo que se tenía con Sheinbaum de elaborar un nuevo plan para el crecimiento ordenado de la capital y mantener los trámites abiertos -teniendo como base el actual concepto de Polígono de Actuación para la relotificación y/o reubicación de usos y destinos del suelo- hasta que dicho plan estuviera listo. El impacto, reitera, apunta a la parálisis del 10% de la actividad económica de la capital y generar el despido de entre 150 mil y 200 mil personas, desde el mas sencillo albañil, el vendedor de departamentos, ingenieros y proveedores de material. ¿Otro shock económico autoinducido?
