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Capital Político

Ricardo, el perredista fresa

El panista se ha defendido por la vía jurídica, pero el mal está hecho y no ha podido revertirlo, por la sencilla razón de que, aunque también representa al PRD, no piensa como ellos.

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Nadie niega que las acusaciones en su contra por supuesto lavado de dinero son tan débiles que hasta un estudiante de derecho las podría echar abajo.

O que la andanada de señalamientos en su contra parece más una intentona del gobierno federal en su contra para bajarlo, y que José Antonio Meade se posicione como receptor del voto útil, que un problema.

Por supuesto que es un ataque en contra del candidato frentista Ricardo Anaya, quien se ha convertido en un dolor de muelas para el PRI y quienes gobiernan, por su virulento discurso en contra del Presidente y sus colaboradores.

Nadie puede negar que Anaya es un tipo listo y estructurado, pero es increíble que un tema tan sencillo de tirar —precisamente por infundado— se convirtiera en su talón de Aquiles y no haya podido hacer un control de daños.

El tema del supuesto lavado de dinero a través de los hermanos Barreiro, empresarios queretanos que supuestamente fueron sus socios en la compra-venta de una bodega que le dio millonarios rendimientos, no es nuevo.

Lleva en el aire varias semanas y ni Anaya ni su equipo han podido desactivarlo, al grado de que frenó bruscamente el crecimiento exponencial que hace un par de meses registraba su campaña.

Cierto que el panista se ha defendido por la vía jurídica, pero el mal está hecho y no ha podido revertirlo, por la sencilla razón de que, aunque también representa al PRD, no piensa como ellos.

Si las acusaciones son injustas, ya se hubiera encadenado o puesto en huelga de hambre en las puertas de la PGR para victimizarse. Las acusaciones no sólo hubieran parado, sino que Ricardo habría ganado un gran apoyo popular.

Se le olvida que los mexicanos siempre se ponen del lado de la víctima. Si no, que le pregunte a El Peje cómo se victimizó con el desafuero —que era legal— y hasta dónde ha llegado.

Lo que pasa es que Anaya es muy fresa como perredista y ni a él ni a su equipo les da para eso. Si a AMLO lo hubieran acusado de algo así, ya les hubiera dado la vuelta.

CENTAVITOS… Germán Martínez era considerado no sólo un buen abogado, sino un gran pensador, al grado de que llegó a la presidencia nacional del PAN y se volvió un férreo defensor de la doctrina azul y un crítico de Andrés Manuel López Obrador. Hoy que se volvió al pejismo —claro, a cambio de una curul plurinominal—, parece que se vació o que le hicieron un lavado de cerebro. No es que se le critique que defienda su nueva camiseta de Morena, pero el repetir en una mesa de análisis que “a nosotros no nos mueve la venganza, sino la justicia”, sí fue un exceso. Sólo le faltó decir que él podrá ser peje, pero no lagarto. Bien dicen que no hay nada peor que un converso; parece que Germán ya entendió el término de peje-zombi.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/adrian-rueda/ricardo-el-perredista-fresa/1245330

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