Adrián Rueda
El que hubiera una carnicería entre los caníbales de la granja morena era algo que nadie puso jamás en duda, pero que se presentara tan pronto tampoco se lo esperaban, sobre todo porque, en teoría, hay un mandato lineal que todo mundo respeta… a menos que ya no.
Los navajazos entre los diputados locales por quedarse con el poder y el dinero en el Congreso de la CDMX, ahora que quien ha sido su coordinadora por un par de meses tira el arpa, están a todo lo que dan y al parecer no hay nadie que ponga control.
Aún está caliente el cuerpo y, como aves de rapiña, sus compañeros ya hurgan entre sus pertenencias para ver con qué se van a quedar… y, sobre todo, qué le van a dejar a la próxima jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, quien, tímidamente, los llamó al orden.
Sobre el albazo que el sábado pasado dio el diputado José Luis Rodríguez, quien ha sido toda una revelación como grillo, para juntar el número de votos necesarios de la fracción para batear a Ricardo Ruiz como aspirante a la coordinación, Claudia dijo poco.
Al ser cuestionada, la futura jefa de Gobierno se contuvo y sólo pidió que los diputados se ajustaran a las reglas del partido, pero de inmediato dejó en claro que es un asunto de otro poder y que no le corresponde a ella meterse.
Y no es que no le corresponda, sino que no se pudo meter, pues por segunda ocasión le comen el mandado.
Esa es muy mala señal para su gobierno, pues su indecisión ha provocado que la fracción se parta y, si ahora interviene, la hará añicos.
Está claro que Rodríguez no era su gallo, pero quizá lo que ahora le convenga sea trabajar con él y fortalecer ese grupo, para que, a través de ellos, pueda transitar los primeros tres años de su gobierno.
Porque insistir en la imposición de Ruiz, alguien que no ha hecho nada por el partido, que no tiene trabajo territorial y que ni siquiera llegó por el voto de los ciudadanos; que su único mérito es ser fiel sirviente de Alejandro Encinas —otro igual-, claro que calienta.
Qué grave para Sheinbaum que, aún sin llegar al cargo, haya permitido que sus diputados se hicieran añicos, lo que ratifica su absoluta falta de experiencia política, pues se supone que cuenta con todos los apoyos para imponer su ley y ni así puede.
Empezar con la amplísima fracción de su partido dividida es peor que si hubiera empezado con una oposición mayoritaria, porque al menos tendría margen para negociar; con los de casa no hay manera.
Lo dicho, cuando un partido gana todo y no hay enemigos al frente, el siguiente paso es el canibalismo.
Si le sirve de consuelo a Claudia, al menos puede contar que no será la única que aún no llega y ya se peleó con sus legisladores, pues el senador Ricardo Monrealya dijo que el presidente electo no mandará en el Senado, donde también Morena es mayoría.
Ésta puede ser la gran oportunidad de la disminuida oposición en Donceles, donde sus votos pueden ser de oro… incluso para la misma gobernante.
CENTAVITOS… Sin ningún sobresalto, Andrés Atayde se impuso a Jacobo Bonilla en la lucha por dirigir al PAN local, y ahora tendrá que operar una rápida cicatrización con su rival para unirlo a la causa y que no le pase a los azules lo de sus hermanos del CEN.
Habrá que ver si en verdad Atayde es incluyente como dijo y empieza a quitarle lo fifí a su partido para ganar simpatizantes.
