Gerardo Jiménez
Las casi cuatro semanas en que el gobierno capitalino y en particular, la Procuradora Ernestina Godoy han posicionado el tema de las cifras maquilladas en el reporte de delitos de alto impacto, desviándolos para mantener las estadísticas y con ello, equilibrar la incidencia delictiva a un promedio de 600 delitos por semana, ese discurso ha dado tiempo para cubrir algunos traspiés de esa dependencia sus primeros dos meses de gestión.
El martes pasado, Javier Ticante Cruz, director general de estadística y política criminal de la PGJ, quien reemplazó a César Martínez Jasso, al frente de la dirección desde mayo de 2018, señaló que por un año, esa corporación reportó un promedio de 80 delitos de alto impacto a la semana, cuando en realidad, eran 170, es decir, más del doble. Y actualmente pueden llegar a 200 en siete días.
Ticante tiene conocimiento de causa, ya que ese mismo cargo lo ocupó en la gestión de Manuel Mondragón al frente de la Policía capitalina, donde su jefe era el actuario Pedro Ibarra, cerebro de los llamados cuadrantes y de la llamada inteligencia policial, ahí comenzó a trabajarse la estadística criminal y el objetivo era reducirla la criminalidad un 10 por ciento por periodo.
El compromiso era para todos los jefes de sector de la entonces Secretaría de Seguridad Pública, pero desde 2013-2014, de acuerdo con el testimonio de un ex mando policial de alto nivel, la inseguridad no pudo controlarse y subió hasta un 40%.
La advertencia provocó que los jefes de sector utilizaran una herramienta casi invisible, para controlar y hasta desviar la denuncia de los delitos de alto impacto a través de la llamada “guardia imaginaria”, nada más y nada menos se trata de aquél elemento de la policía preventiva que tiene como objetivo orientar al denunciante a su llegada ante el Ministerio Público para para iniciar su carpeta de investigación, en este caso, lo interceptaba para modificar su declaración y registrar el delito como menor y así la incidencia se mantenía, no subía, incluso podía modificarse para presumir una reducción.
“Esta fue una práctica recurrente de los Jefes de Sector porque no podían controlar su incidencia delictiva y fue así que (la guardia) imaginaria se convirtió en un portero de la incidencia delictiva y se modificaron diversos tipos de robo”, expuso el mando entrevistado.
Es un secreto a voces, que ese podría ser el principal motivo para que Pedro Ibarra dejará la SSP capitalina, al no soportar que se comenzará con ese mentado maquillaje de cifras.
Ahora, al iniciar la nueva administración morenista fue el objetivo central, para desvelar, una de las principales pifias de la administración pasada.
Es ahora que Ernestina Godoy, expone que luego de un análisis de una muestra de más de 42 mil carpetas de investigación, la Procuraduría General de Justicia encontró que alrededor del 68 por ciento estaban mal clasificados.
La procuradora ya acusó que de enero a noviembre de 2018 se modificaron las cifras en la Dirección General de Política y Estadística Criminal para presumir una baja en delitos de alto impacto.
La funcionaria explicó que, en dicho periodo, se registraron 194 mil 479 carpetas de investigación, de las cuales se analizó una muestra de 42 mil 524 carpetas.
“Veintinueve mil 82 fueron clasificadas como delitos de bajo impacto para demostrar una falsa reducción en los índices delictivos de alto impacto, o sea, lo clasificaron mal”, dijo en conferencia de prensa
La Procuradora informó que se revisaron los informes en Fiscalías de Homicidios, Robo de Vehículo y carpetas iniciadas por denuncia de hechos. El maquillaje de cifras ha sido su gran escudo.
La denuncia de la modificación de la incidencia delictiva ha dado dividendos, pero también es cierto, y eso lo saben los asesores de la procuradora capitalina, está por desgastarse y llegar al golpeteo con fines políticos, en la siguiente etapa se deben mostrar resultados contundentes que se reflejen en la percepción ciudadana.
